Guía de viaje Mineral De Pozos

A sólo 45 minutos de San Miguel de Allende, Mineral de Pozos es un pueblecito de 3.000 habitantes enclavado en una región montañosa y semidesértica con noches estrelladas. Ya en 1576, los españoles establecieron un puesto de vigilancia a 5 km del actual pueblo, en un territorio entonces dominado por tribus hostiles a su presencia. Los invasores pronto supieron de la existencia de filones que habían sido explotados en tiempos prehispánicos, y fue aquí donde los jesuitas fundaron pocos años después la Hacienda Santa Brígida, cuyas tres chimeneas cónicas de piedra se convertirían durante siglos en el símbolo de la riqueza minera del pueblo (oro, plata, cobre, hierro, plomo, mercurio, etc.). Sin embargo, hasta mediados del siglo XIX, la historia de la minería estuvo sujeta a altibajos, ya que surgieron conflictos por la Guerra de la Independencia, la Reforma y la intervención francesa. Al final, fue la consolidación del poder por parte del presidente Porfirio Díaz lo que propició un auge demográfico y económico sin precedentes, atrayendo capitales nacionales e internacionales a la zona. A finales del siglo XIX, se explotaban más de 300 minas en los alrededores del pueblo, con una treintena de haciendas que realizaban el trabajo. A principios del siglo XX, las 80.000 personas que ahora vivían en el pueblo (frente a las 8.000 de 50 años antes) vieron la llegada del ferrocarril, el teléfono y el teatro, así como la instalación de las principales tiendas de la época (entre ellas La Fama, que sigue abierta hoy en día en la plaza principal). Pero llegó la revolución que estalló en 1910 y trastocó los planes de los industriales mineros, sin olvidar la devastación causada por la Guerra Cristera (1926-1929) y la inundación accidental de gran parte de las minas en 1923. Comenzó una nueva época de abandono que dejó al pueblo con apenas 200 habitantes en los años 50, lo que le dio fama de pueblo fantasma... A mediados de los 90, algunos artistas comenzaron a instalarse allí, así como algunos hoteles, pero fueron sobre todo las oportunidades de trabajo en la cuenca industrial del vecino estado de Querétaro las que allanaron el camino para el renacimiento del pueblo. En 2017, la escuela Modelo, buque insignia de la educación popular bajo la presidencia de Porfirio Díaz, reabrió sus puertas como centro de formación artística. El pueblo no ha dicho su última palabra..Para los visitantes, su encanto es realmente fascinante, ya que Mineral de Pozos ha conservado la mayoría de sus edificios antiguos a lo largo de calles empedradas. Es fácil pasear por sus pequeñas plazas, alrededor de las cuales se concentran la mayoría de los hoteles y restaurantes. Los visitantes no sólo vienen a relajarse, sino que también pueden descubrir (a pie, en bicicleta o a caballo) las ruinas de más de treinta haciendas metalúrgicas que hicieron grande a la zona, y cuyos paisajes circundantes, salpicados por estas espléndidas construcciones, son un deleite para los sentidos.