SHEMANA PEREYE

Este complejo, justo detrás de la playa de West Beach, goza de un toque algo más agradable y relajado que sus vecinos. Aquí no hay edificios en varias plantas, sino 14 cabañas repartidas en un jardín arenoso. Se trata de casitas de ladrillo a bungalows de madera o bambú, con un confort sumario y limpieza que a veces deja mucho que desear. Pero nos gustan las hamacas suspendidas a los cocoteros y la calma relativa del lugar. El amplio jardín también acoge algunas tiendas para los viajeros de bajo presupuesto, pero tienen que ocuparse de varios. El restaurante del hotel sirve comida sin grandes fantasías.