A pesar de su éxito como destino turístico, Caye Caulker ha conseguido seguir siendo más auténtica que Ambergris Caye. La pesca de langosta, la construcción de barcos de madera y el cultivo del coco fueron las principales actividades que se desarrollaron en la isla durante las primeras décadas del siglo XX. Luego, a partir de los años 70, los hippies procedentes de Estados Unidos convirtieron la isla en un paraíso inicialmente conocido sólo por unos pocos afortunados iniciados. Pero poco a poco se fue corriendo la voz.En esta pequeña isla de 8 km de largo y 1,5 km de ancho viven unas 1.200 personas de origen mestizo, garífuna y criollo. Todos quieren preservar sus tradiciones y el ambiente relajado tan característico de Caye Caulker. La ausencia de coches, un único cajero automático, una playa pública donde se puede venir a tomar el sol y hoteles y restaurantes, algunos de ellos asequibles, hacen de esta isla un verdadero rinconcito de paraíso virgen. Aquí se habla español e inglés, y la influencia jamaicana está muy presente, sobre todo en la música reggae que se escucha en muchos establecimientos. "Ir despacio" es el lema de la isla y sus habitantes, y no es raro ver a algunos residentes descalzos.

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Fotos e imágenes Caye Caulker

Rue de Caye Caulker. Aleksandar Todorovic - Shutterstock.com
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