Es más prudente dejar su coche en el aparcamiento que se encuentra a 200 m del restaurante: a continuación se accede por una escalera escondida, como un secreto. El establecimiento consta de dos salas para una capacidad de 30 comensales. Paredes de piedra, suelo de baldosas, lámparas de araña con apliques de pequeñas gotas y orquídea blanco en cada mesa. Aquí no hay carta: el chef Ivo viene a su encuentro y anuncia los productos del momento que componen sus platos y menús, todo ello con una infinita amabilidad y una gran disponibilidad: bresaola local, pastel de patatas dulces, ensalada rusa, «vitello tonnato» o stockfish. Sin olvidar los ravioles con mantequilla y salvia, los gnocchis con tomate, el conejo de cacerola y para terminar el queso vale un postre. La mayoría de los ingredientes utilizados proceden directamente de su granja o de los productores locales seleccionados. Es una excelente dirección donde es mejor reservar antes de tu paso por el pueblo.
Alors voilà merci à vous pour ce délicieux repas typique et service agréable
Il drandacoiun vecchia maniera era solo patate e qualche filo di stochefisso , vitello tonnato due fettine di carne, così come l'arrosto, dodici ravioli e due pezzetti di coniglio contorno qualche patata al forno il dolce il tutto per Euro 40,00.
mi sa che non vale la pena salire a Badalucco, una volta c'era abbondanza di cibo e il prezzo era Euro 30,00.