TEL DOR

En la actualidad, Dor es uno de los mayores yacimientos arqueológicos del país y una clave importante para comprender el periodo de ocupación de Israel, desde los tiempos bíblicos hasta los primeros siglos de nuestra era. Desde la época de Salomón hasta el reinado del emperador romano Severo Alejandro, el puerto de Dor atrajo a muchos comerciantes y conquistadores a la costa del Carmelo.

Dor era originalmente una ciudad cananea. Tras ser gobernada por un grupo perteneciente a los Pueblos del Mar, los fenicios se asentaron allí hacia el 1100 a.C. Hacia el 950 a.C., Dor se convirtió en una de las capitales del reino de Salomón y su principal puerto en el Mediterráneo. En el 732 a.C., Dor se convirtió en la capital de la provincia asiria de Duru. La ciudad también floreció bajo los persas aqueménidas, en una época en la que griegos y fenicios se habían asentado en los alrededores de la ciudad amurallada.

Dor se unió brevemente a la Confederación Ateniense hacia 460 y fue liberada del dominio persa por Alejandro Magno en 332. En la época helenística, Dora, como se la conocía entonces, se convirtió en una importante fortaleza, que más tarde (bajo el dominio romano) aún era lo suficientemente grande como para acuñar su propia moneda.

A mediados del siglo I d.C. existía en Dor una comunidad judía. A pesar del indudable declive de la ciudad en época bizantina, Dor siguió siendo sede de un obispado entre los siglos^V y ^XIII. Finalmente, en el siglo ^XIII, los cruzados construyeron una fortaleza en el lugar. El yacimiento sigue siendo objeto de excavaciones.