FORTALEZA DEL CALDO

Situado en un espolón rocoso que domina el río Semois y la ciudad de Bouillon, este castillo impresiona por su estatura y su aspecto austero. Y con razón, esta fortaleza medieval es la más antigua y una de las más interesantes de Bélgica. Sus primeras fortificaciones se remontan al siglo VIII, aunque su existencia sólo está atestiguada a partir del año 988, justo antes de la construcción de su majestuosa torre del homenaje (destruida por los holandeses). Fue habitada por el famoso caballero Godofredo de Bouillon, que la vendió para financiar su primera cruzada (1096) a Tierra Santa. Tras su muerte en 1100, el castillo pasó a ser propiedad de los príncipes-obispos de Lieja, luego de nuevo de los duques de Bouillon, y así permaneció hasta la conquista de los revolucionarios franceses en 1794. El castillo fue muy modificado en el siglo XVI, y dos siglos más tarde bajo Vauban (durante las guerras de Luis XIV). En 1815, pasó a ser holandesa, volvió a ser belga, pero tras la batalla de Sedán en 1870, el ejército prusiano la utilizó como hospital. Hoy en día, es un museo tranquilo, pero que sin embargo ha conservado su carácter medieval: pasillos estrechos, escaleras de piedra, pasadizos secretos, mazmorras... La visita permite hacerse una idea de la vida en la Edad Media, siempre plagada de guerras. La vista desde el castillo o sus alrededores es impresionante.

Cetrería. También hay una exposición sobre la caza con aves rapaces en vuelo libre. Espectáculos interactivos con el público y las aves rapaces.