Guía de viaje Tournai

Tournai es el municipio más grande de Bélgica, con una superficie de casi 214 km², y está enclavado en los 29 pueblos que administra. Es también la ciudad más antigua de la Bélgica francófona y la primera capital de Francia. A esta ciudad de reyes, a unos 30 km de Lille, le gusta recordar que es, ni más ni menos, que la cuna de Francia. Nacida en tiempos galo-romanos, se convirtió en capital bajo los cuatro reyes merovingios: Clodión, Merove, Childéric y Clodoveo. Clodoveo abandonó Tournai para conquistar la Galia, establecer su autoridad como rey de los francos sobre todos sus habitantes e instalar la nueva capital de su reino en París. Tras un periodo de ocupación franca, Tournai pasó a ser francesa (varias veces a lo largo de su historia), luego inglesa, española, austriaca, holandesa y, por último, belga cuando el país se independizó. Tournai ha conservado numerosos testimonios de sus dos mil años de existencia y ha acumulado una gran riqueza que le invita a descubrir durante su visita.En los últimos veinte siglos, el paisaje urbano ha evolucionado y sigue evolucionando. Desde finales del segundo milenio, el corazón de la ciudad ha ido cambiando a medida que avanzaban las obras de urbanización. Se ha creado un espacio más peatonal a lo largo de un eje que atraviesa el centro de la ciudad, desde la Casa de la Cultura hasta los muelles de la Escaut. Al mismo tiempo, se ha restaurado el patrimonio monumental de la ciudad, incluido el campanario, reabierto en 2002, y su vecina, la prestigiosa catedral de Notre-Dame, cuyas obras de restauración están muy avanzadas y merecen una visita. La Grand-Place es uno de los grandes desarrollos urbanísticos de la ciudad, y seguro que disfrutará de un vaso de cerveza local en una de las muchas terrazas que bordean la plaza.Y no olvide detenerse allí por la noche: le encantarán las luces. La estación también se ha puesto al día y se engalana con tonos multicolores desde el atardecer hasta el amanecer. Tournai es sin duda una ciudad agradable para vivir: las fiestas son una tradición, y pasear por ella es una delicia, con una gran variedad de estilos arquitectónicos: románico, gótico, renacentista, neoclásico, ecléctico, Art Nouveau, Art Déco... y los paseos, sobre todo a lo largo del Escalda, constituyen una experiencia turística deliciosa. Ciudad a escala humana, Tournai reúne arte, historia, cultura, tradiciones, folclore, gastronomía y convivencia para su disfrute.