Los mejores restaurantes Amberes

Como la proa de un barco amarrado en el Escalda, el RAS Zuiderterras está a ras del agua, justo al lado del museo MAS, diseñado por el arquitecto flamenco Bob Van Reeth. Una escapada acuática con una elegante decoración azul pato. El menú es más bien de nouvelle cuisine, con acentos flamencos e internacionales. Entre los entrantes, croquetas de gambas, tartar de ternera y mollejas crujientes. Los platos principales incluyen el tradicional vol-au-vent, linguini con bogavante o trufa. Las ensaladas también son muy apetitosas.

El restaurante August del hotel ofrece cocina gourmet de primera clase, creada por el chef holandés de dos estrellas Nick Bril. Recién inaugurado, ha sido aclamado por Gault & Millau. Las atrevidas combinaciones combinan ingredientes de temporada y locales con toques exóticos. Ubicado en un antiguo convento agustino histórico, las mesas se sitúan a lo largo del pasillo que bordea la capilla original. Para quienes deseen disfrutar de un momento de tranquilidad en la ciudad, la terraza cubierta y climatizada del jardín ofrece un refugio privilegiado.

Inaugurado en 2014, este restaurante es la meca de la escena gastronómica de Amberes, obra del chef Nick Bril, que trabajó durante más de 15 años a las órdenes del chef con tres estrellas Sergio Herman. Ubicado en la antigua capilla de un hospital militar, el entorno es tan majestuoso como la comida. Las cocinas abiertas ofrecen un espectáculo fabuloso. El menú degustación es caro, pero incluye dos vinos maridados. En la^1ª planta está el bar Jane's, que ofrece cócteles igualmente refinados. Las reservas deben hacerse con al menos tres meses de antelación.

Se trata de una versión gourmet del fish & chips, con una variedad de platos en función de lo que haya disponible (todo pescado en el Mar del Norte). El carbonero se prepara con panko, chips de algas y una salsa tártara o una salsa chimichurri argentina, y el besugo en tempura de limón y albahaca con un alioli de trufa. También se sirven hamburguesas y tacos, con opciones vegetarianas. Las patatas fritas son caseras (las de boniato están divinas). La música funky, los techos altos, los paneles de madera y las vidrieras retro crean un ambiente agradable.