CORAL BLUE

Este pequeño hotel en la playa con habitaciones sencillas tiene un buen restaurante (y pronto una piscina aún en construcción). Nos gustó la elección de los kedjénous (gallina de Guinea, pollo, conejo, caracol en jugo de coco, pato y cangrejo), la sopa de pescado, el fricasé oceánico, los langostinos salteados en salsa picante, las parrilladas al carbón (conejo estofado, dorada, lenguado...) o platos interesantes como la rodaja de mero con crema de jengibre. Muchas opciones vegetarianas. El propietario es muy amable y acogedor.