Guía de viaje Grancey-Le-Château-Neuvelle

Situado en el límite de las regiones de Chatillonais y Haute-Marne, en un espolón rocoso, Grancey-le-Château es un pueblo medieval de unos 300 habitantes. La bonita carretera arbolada que conduce a ella desde Dijon ofrece una vista impresionante: las casas medievales, aferradas a las murallas, rodean un castillo y una colegiata. A primera vista, es fácil ver que la zona tiene un rico pasado histórico. Es muy probable que el lugar estuviera ocupado muy pronto por campamentos fortificados celtas. El pueblo, con su aire majestuoso y austero, cuenta con numerosos servicios y comercios: oficina de correos, panadería, estanco, tienda de comestibles, bar, restaurante e incluso una peluquería. No dude en pasar el día aquí, para pasear por las calles intemporales y dar un paseo hasta la iglesia parroquial de Saint-Germain, que tiene la particularidad de estar situada... a 1 km del pueblo. Fundada hacia el año 900, es una de las iglesias románicas más antiguas de la región. Hay un altar del siglo XVIII de mármol rosa de Courlon, una estatua de madera de San Sebastián y unas vidrieras muy bonitas que datan de la restauración de la iglesia. Otra curiosidad: la roca llorona. Cuenta la leyenda que un día de octubre, Nova, la esposa de un señor de Grancey, que había partido a las Cruzadas, murió al pie de esta roca. El desafortunado marido regresó al día siguiente y lloró tanto por su amada que dos ojos se clavaron en la roca y todavía lloran de vez en cuando. Tal vez usted sea el afortunado espectador de este hechizo... Bienvenido a una tierra de leyendas e historia