LOS BAOBABS DE BAINES
Estos majestuosos baobabs situados en una pequeña isla que domina la campiña circundante llevan el nombre de un famoso artista victoriano.
Estos majestuosos baobabs son la principal atracción de la sección norte del parque. Situados en una pequeña isla que domina la campiña circundante, estos siete ejemplares antiguos llevan el nombre de un famoso artista victoriano.
Thomas Baines había llegado a explorar el sur de África en 1858 con un convoy dirigido por David Livingstone. A partir de 1861, se aventuró solo con su amigo James Chapman en las tierras de la actual Botsuana. Sus viajes quedan registrados en sus respectivos diarios, pero también en diversas obras artísticas, ya que Baines es pintor y Chapman fotógrafo. Viajaron con guías locales, que encontraron principalmente entre las tribus san. Su viaje fue extremadamente exigente en muchos aspectos: cuando no sufrían sed, hambre, agotamiento o enfermedad, eran los guías los que abandonaban repetidamente, llevándose todas las provisiones. Cuando llegó al lecho seco del antiguo lago Makgadikgadi, Baines quedó sorprendido por la pequeña isla cubierta de baobabs. Seducido por el aspecto majestuoso y fantasmal de los grandes árboles, los inmortalizó en su paleta. Comparando sus pinturas con los árboles actuales, se puede concluir que los árboles han permanecido, aparte de una o dos ramas, sin cambios durante más de ciento sesenta años.
Con sus formas nudosas y voluptuosas, estas ramas ofrecen al fotógrafo mil perspectivas. El lugar está seco la mayor parte del año, excepto en la época de lluvias, cuando se cubre de láminas de agua, lo que da a los baobabs hermosos reflejos.