Guía de viaje Châteauneuf

Desde lo alto de su espolón rocoso a 475 metros sobre el nivel del mar, Châteauneuf domina su entorno y ofrece una de las mejores vistas de la región. El pueblo está enclavado alrededor de su castillo, construido en 1175 y que sigue siendo uno de los mejores ejemplos de la arquitectura militar borgoñona. También puede visitar la iglesia de Saint-Jacques-et-Saint-Philippe. Data del siglo XV, ha sido renovada y cuenta con estatuas catalogadas como Monumentos Históricos, entre ellas una de San Juan Bautista atribuida a Claus Sluter. Con sus senderos, calles estrechas y venerables edificios llenos de flores, es uno de los pueblos más bonitos de Francia. La relativa congestión de los fines de semana de verano se ve igualada por la calma del resto del año: un soplo de aire fresco y una escapada a la tierra de Henri Vincenot. Uno de sus antepasados fue herrero aquí. La función defensiva del lugar se remonta a la época gala. Las fortificaciones, y más tarde el castillo, miraban en tres direcciones: la región vinícola, los bosques de las montañas de Dijon y los campos de trigo de Auxois. Por tanto, era natural que el pueblo se convirtiera en un centro popular de ferias comerciales. El comercio trajo cierta prosperidad a la zona. Sin embargo, el siglo XIX no fue benévolo con la zona. La población abandonó la zona. Hoy en día, el lugar está muy cotizado, y hay muy pocos sitios donde comprar una casa de los siglos XIV, XV o XVI en este pequeño rincón del paraíso.