Guía de viaje Parque Nacional Bts Las Islas Ehotilé

Llamadas así por la etnia de los Ehotilés, los habitantes más antiguos del este de Côte d'Ivoire y los primeros propietarios de las tierras de Assinia, que perdieron a los Essoumas, el Parque Nacional de las Islas Ehotilé es un conjunto de seis islas diseminadas por la laguna de Aby, no lejos de la desembocadura donde la laguna se encuentra con el mar. Entre ellas se encuentran la Isla de los Campos de Coco, Assokomonobaha o Assoko (327,5 ha), la Isla de los Senderos Botánicos, Balouhaté (75 ha), la Isla de los Murciélagos, Nyaouman (47,5 ha), la Isla del Cementerio de los Reyes, Meha (45 ha), la Isla de los Pájaros, Elouamin (22,5 ha), y Bossoun-Assoun (32,5 ha), la Isla Sagrada de los Genios Protectores. La población ribereña del parque está dividida entre 21 aldeas que viven principalmente de la pesca, como lo demuestran las numerosas estacas plantadas en la laguna para asegurar las redes, que también sirven de perchas para las aves de pesca. Con una superficie total de 720 hectáreas, está clasificado como parque nacional desde 1974, como humedal de importancia internacional Ramsar desde 2005 y en la lista indicativa de la UNESCO desde 2006. La vegetación de las islas es principalmente manglares en la periferia y a lo largo de los canales, y a menudo un denso sotobosque en el centro de los más grandes. El parque es el hogar de una fauna notablemente diversa. En particular, se han contabilizado 128 especies de aves, divididas en 35 familias, en su mayoría especies acuáticas, a las que se añaden, en la estación seca, las especies migratorias. También hay mamíferos como roedores, duikers, cerdos de monte, primates, así como reptiles, peces y crustáceos. Dos especies que hacen la originalidad del lugar: los raros manatíes (muy representativos de las lagunas de Côte d'Ivoire, aunque hoy en día están muy amenazados de extinción) y, alojados en la isla de Balouaté, una gran colonia de murciélagos de la especie Murciélago de las Palmeras, de gran importancia para las poblaciones locales, que los consideran como encarnaciones de los parientes desaparecidos. Además de sus maravillas naturales, las islas Ehotilé también albergan importantes restos arqueológicos, entre los que se encuentran cánones que datan del siglo XVII (en Balouaté). Lamentablemente, el parque es objeto de actividades clandestinas como la tala de madera de manglar (que tiene fama de ser excelente para ahumar pescado) y la caza furtiva.