El Reino de Marruecos ha conocido una gran variedad de estilos arquitectónicos, y una visita a uno de sus monumentos es un viaje seguro a través de la historia. Sin embargo, es difícil imaginar el esplendor del palacio hundido de Dar el Baida, hoy conocido como Dar Sultan. Inscrito en la lista del patrimonio nacional en 2020, desempeñó un papel clave en la historia de Esauira durante varios periodos. Para llegar, tome la carretera de Agadir durante 5 km, luego gire a la derecha después del puente para tomar la pista de Tangaro (en mal estado) durante 500 m. Vuelva a girar a la derecha, justo después de una turbina eólica, en la desembocadura del Oued Ksob, en dirección al pueblo de Diabat, antaño conocido como el punto de encuentro de todos los hippies del mundo. Se dice que el legendario Jimi Hendrix se enamoró de este palacio, hoy en gran parte enterrado en la arena. Dar Sultan fue construido en estilo andalusí a finales del siglo XVIII por el sultán alauita Sidi Mohammed ben Abdallah (1757-1790), entusiasta de la arquitectura y ferviente defensor del patrimonio, para recibir en audiencia a los cónsules y comerciantes establecidos en la casba. Bajo su reinado, el comercio floreció porque supo atraer a los comerciantes europeos eximiéndoles de los derechos de aduana. Y las mercancías (telas, especias, gomas, alumbre, dátiles, plumas de avestruz, etc.) se comercializaron principalmente en Mogador a partir de 1764. De los cinco pabellones con mobiliario de estilo europeo y techos adornados con maderas ricamente talladas, sólo quedan las ruinas de uno, sin duda el más antiguo. A principios del siglo pasado, el palacio fue ocupado por Moulay Abderrahmane, gobernador de Essaouira (1822-1858), antes de convertirse en residencia de altos dignatarios de la corte en misión. A finales del siglo XIX, los estanques y el bosque de tamarindos que rodeaban el palacio desaparecieron para dar paso a las dunas. El lugar es un espectáculo espléndido cuando el sol se pone sobre la bahía. Los amantes de las dunas y los fotógrafos aventureros querrán desviarse a la playa de Sidi Harraz. Al salir de Dar Sultan, vuelva sobre sus pasos hasta Tangaro y tome la pista forestal de la derecha (7 km). Un auténtico campo de dunas se extiende hasta donde alcanza la vista a lo largo de unos diez kilómetros, hasta el cabo Sim. Para completar el paseo, también puede visitar Borj el Berod, una curiosa atalaya en ruinas entronizada en las arenas. Saboree el momento, ¡es mágico!

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