Guía de viaje Aignay-Le-Duc

Aignay-le-Duc se encuentra en el norte de la Côte-d'Or, en la meseta de Langres, a unos 60 kilómetros de Dijon. Esta pequeña y apacible ciudad llena de encanto posee algunos tesoros encantadores, como la iglesia de Saint-Pierre-et-Saint-Paul, construida en el siglo XIII sobre pilotes y su retablo renacentista, o un magnífico y pintoresco lavadero del siglo XVIII conocido como "de la Margelle". La región de Aignay-le-Duc es también un lugar de encuentro para los amantes de la espeleología por las numerosas exsurgencias, cuevas, cavidades, simas y ríos subterráneos presentes en los alrededores de la ciudad; las más conocidas son las fuentes de la Coquille o la Cave aux loups. Merece la pena probarlo Aignay fue en su día tierra gala (el menhir de la Pierre-Fiche atestigua la presencia celta en este lugar) y fue una de las residencias y fortalezas de los duques de Borgoña. Esta próspera ciudad se enriqueció gracias a su actividad pañera. En el momento de su adscripción a la corona francesa, sus muros fueron demolidos. Posteriormente, otras guerras hicieron mella en la ciudad. Sin embargo, aún quedan hermosos vestigios de esta época próspera, en particular los castillos de las pequeñas aldeas de Duesme, Mauvilly, Quemigny y Rochefort. Por lo tanto, la visita a esta ciudad con sus tres ríos, que a su vez se alimentan de tres manantiales, como el Galopine, el Froide Fontaine d'Aignay y la fuente del Cadet Brot, es imprescindible. No dude en remontar el curso del Coquille para realizar una agradable caminata hasta su nacimiento, que brota al pie de un circo natural.