Guía de viaje Edén Island

Las 115 islas de las Seychelles... no, ¡las 116! He aquí una que ha surgido del océano a lo largo de la autopista que une el aeropuerto con Victoria, en la costa este. Un nuevo trozo de tierra ganada al mar, creado por lo que los seycheleses llaman "rellenar". Una isla 116 unida a Mahé por un puente, un vínculo entre el dominio público... y la propiedad privada. Frente al Morne Seychellois por un lado y el Parque Nacional Marino, donde destacan las verdes cumbres del Cerf y Sainte-Anne por el otro, esta nueva isla plana con forma de pez parece flotar en una sinfonía de azul turquesa y verde esmeralda. Perfecta para una exótica segunda residencia al estilo americano, las proyecciones de diseño de esta ambiciosa villa privada recuerdan a los puertos deportivos del Nuevo Mundo. Ambicioso, en efecto, ya que las 40 hectáreas de terreno virgen regadas por 16 hectáreas de canales privados albergan varios centenares de apartamentos, la gran mayoría gestionados por la Eden Island Development Company Limited, una empresa sudafricana que ha invertido más de 350 millones de dólares en este proyecto urbanístico. Auténtico puerto deportivo para embarcaciones de recreo, cada una de estas viviendas tiene su propio anillo. Las profundas y tranquilas aguas de Eden Island albergan yates clásicos e incluso pequeñas embarcaciones locales de entre 10 y 15 metros de eslora. Todos se benefician de los servicios de la larga Marina House, auténtico centro neurálgico del lugar. El arquitecto Raymond Alexander se inspiró en las antiguas cabañas de los plantadores para la arquitectura neocriolla de este pueblo de "opereta", cuyas casas de madera con tejados rojos son ya de por sí un escenario naïf, con sus verandas perfectas para descansar frente a las palmeras. Si bien los pisos y los dúplex son ya un perfecto pied-à-terre en esta isla bien vigilada, son por supuesto las villas lo más destacado de este edén. Aireadas y muy abiertas, con una superficie de 250 a 600 m², en una o dos plantas, tienen de dos a seis dormitorios. Techos altos, suelos de madera y baldosas, amplias puertas de comunicación que dan al porche y, a veces, a la piscina privada... En fin, casi suficiente para olvidarse de las actividades de ocio cercanas (tenis, gimnasia, submarinismo...): bares, restaurantes, tiendas, un supermercado, un casino y un centro de negocios también están surgiendo poco a poco en este pueblo costero, un nuevo centro de estilo de vida accesible a los seychelenses (aparte de la vivienda).