Desde Mitla, la carretera se adentra en la sierra hacia el pueblo de San Lorenzo Albarradas, y luego continúa hacia el pequeño pueblo de La Roaguia, donde se encuentra el sitio natural propiamente dicho. Es fácilmente reconocible por sus dos grandes cascadas petrificadas de agua blanca casi inmaculada que se precipitan al vacío con una vegetación omnipresente. Es una de las atracciones más populares de Oaxaca. Y por una buena razón: aquí, el agua surge de la roca y es posible bañarse en piscinas de color turquesa, frente a un magnífico panorama. Es posible dar un pequeño paseo para observar las cascadas desde abajo; notarás que el lugar está tallado con pequeños canales que datan de tiempos prehispánicos. La entrada al recinto está convenientemente repleta de puestos de comida, y se puede acampar y dormir en cabañas básicas. El lugar es, por supuesto, más mágico en las primeras horas de la mañana, cuando los visitantes de los diversos tours que vienen de Oaxaca aún no se han apoderado del lugar Desde 2020, el yacimiento de Hierve el Agua ya no es, por desgracia, accesible a los turistas. Esto se debe a un antiguo conflicto entre el gobierno estatal y los pueblos que rodean el lugar, así como entre ciertas comunidades locales. Los habitantes lamentan especialmente que los ingresos generados por el sitio natural (casi 2 millones de pesos mensuales antes de 2020) no beneficien a la población local.

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Hierve el Agua. Sylvie LIGON
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