Guía de viaje Tengenenge Farm

Tengenenge es probablemente el único lugar del Interior Norte que recibe cada año un número regular de viajeros. Se trata de artistas o galeristas, o simplemente turistas interesados en la escultura africana y en el movimiento shona en particular. Tengenenge es, de hecho, la mayor comunidad de artistas del país. Reúne a numerosos artistas de todo el continente, cuyas obras se exponen en amplios jardines. Por término medio, unos 100 artistas trabajan permanentemente en la granja, donde disponen de pequeños estudios. Así, los visitantes pueden admirar a los escultores trabajando, hablar con ellos y hacerles encargos Tengenenge es también un lugar comercial, para disgusto de algunos especialistas en escultura shona, que sospechan que los artistas satisfacen los deseos de los turistas para obtener beneficios, en lugar de seguir sus propios instintos creativos. Sin embargo, la granja sigue siendo un buen lugar de formación, porque reúne a artistas de Zimbabue, Zambia, Angola, Malawi, etc., y fomenta así el intercambio de culturas y estilos. Además, la nueva generación de escultores parece muy prometedora. Están desarrollando un estilo nuevo, más moderno, y utilizan diferentes tipos de piedras, más o menos nobles o preciosas.Un poco de historia. Tom Blomefield fue el fundador y director de Tengenenge hasta 2007, cuando le sustituyó Dominic Benhura, escultor de renombre internacional. Blomefield llegó a Zimbabue en 1946 para dedicarse al cultivo de tabaco y la extracción de cromo. Fundó la Comunidad Artística Tengenenge en 1966 para poder ganarse la vida, ya que el tabaco y el cromo eran ahora objeto de sanciones debido a la Guerra de Independencia. Tengenenge significa "el principio del principio" y ha conseguido sobrevivir y prosperar. La obra de los artistas se mostró en muchas exposiciones internacionales y empezó a ser reconocida por su vitalidad y originalidad. Con la independencia en 1980, la demanda de esculturas de Tengenenge se disparó, pero las políticas gubernamentales desde 2000 no han fomentado el turismo a Zimbabue y, con el descenso de visitantes internacionales, las ventas de esculturas se han resentido.