BASÍLICA-SANTUARIO SANTA MARÍA DE FINIBUS TERRAE
Basílica construida por el arzobispo Jean Giannelli entre 1720 y 1755.
De Finibus Terrae: «el límite de la tierra», nombre que resume la situación de este santuario en el extremo de Italia. Según la tradición, fue precisamente en el cabo de Santa Maria de Leuca donde san Pedro, venido de Oriente para evangelizar Roma, desembarcó en la península italiana. A principios de la era cristiana se construyó una primera iglesia en el promontorio, en el emplazamiento de un anterior templo romano dedicado a la diosa Minerva. A lo largo de su historia, el santuario fue destruido en varias ocasiones: su situación geográfica, aislada en un promontorio y especialmente expuesta, lo convirtió en presa de los invasores turcos y sarracenos. La iglesia fortificada con su estructura actual fue construida entre 1720 y 1755 por el arzobispo Jean Giannelli. La fachada data de 1926 y los tres portales de bronce se añadieron en el 2000. El santuario acoge a muchos peregrinos, especialmente el día de la Asunción para la procesión en el mar. La devoción de los fieles a la Virgen de Leuca tiene orígenes antiguos y se desarrolló ya en el año 365 d.C., cuando un milagro salvó a unos pescadores de una tormenta. En el interior, de una sola nave, hay una pintura de la Virgen con el Niño (llamada Madonna de Terrae Finibus) de Jacopo Palma el Joven. Delante de la basílica hay un majestuoso faro octogonal y una columna rematada por una estatua de la Virgen, que se supone que marca el lugar donde desembarcó san Pedro.