Guía de viaje Echternach

El nombre de la ciudad se menciona en los documentos más antiguos de los siglos VII y VIII como Aecclesie Aefternacensi y luego Epternacum, antes de convertirse en Epternacus (en 1023), Esternay (en 1240) y Eychternach (en 1401). Es probable que se reconozca el nombre de una persona, probablemente de origen celta, Epternus, en relación con la "villa Epternacum", propiedad rural o villa de dicho Epternus, con el sufijo -acum. En Echternach, la vista aérea de la actual Plaza del Mercado muestra su estructura, resultado del cruce de dos grandes vías romanas. Epternus habría construido su gran villa en el siglo I d.C. en un punto estratégico de tráfico en el fondo del valle de Sûre. Un amplio valle, protegido en su parte posterior por un pantano y muy cerca de las canteras. Thoull, del que probablemente oirás hablar, no tiene importancia en esta elección.En el emplazamiento del montículo de la antigua iglesia parroquial de los Santos Pedro y Pablo se encuentran los restos de un castellum, una fortificación romana de los siglos III y IV d.C. con una muralla circundante, torres de vigilancia, un pozo y un edificio para los soldados con una pequeña casa de baños. A partir del siglo VII, un primer pequeño monasterio fue utilizado por doce monjes peregrinos. El movimiento monástico fue traído a Europa por San Atanasio de Alejandría, exiliado en Tréveris en el siglo IV. En el año 698, el monje Willibrord recibió de la abadesa Irmina de Oeren su parte de las posesiones en la villa Epternacum, un convento, dos capillas y un hospicio, que es el más antiguo de su tipo al norte de los Alpes. A partir de entonces, Echternach, marcada por el carisma de San Willibrord, se convirtió en un centro religioso muy importante en la región donde Willibrord luchó contra el paganismo. En los siglos siguientes, el scriptorium de Echternach se convirtió en un centro de influencia para la iluminación de libros. Del 841 al 971, los monjes se convirtieron en canónigos seculares. A principios del siglo XI, la abadía de Echternach era una de las más ricas de Europa. Hoy en día, Echternach es una de las ciudades más bellas del país, tranquila y llena de historia y modernidad. A lo largo del año se celebran numerosos actos, entre ellos musicales y folclóricos. Con su riqueza hotelera, su lago y, sobre todo, sus innumerables rutas de senderismo, es una delicia para todo tipo de turistas. Los que dispongan de coche no dudarán en explorar los alrededores, especialmente al otro lado del Sûre, donde hay magníficas vistas de la ciudad, como la de la Kapelle (capilla) de Liberius, señalizada desde el lado alemán. Echternach está a sólo 27 kilómetros de Tréveris, en Alemania