CATEDRAL DE CRISTO SALVADOR
En el corazón del campus, esta catedral ortodoxa serbia (Katedralja i Krishtit Shpëtimtar, Saborni hram Hrista Spasa) nunca se ha abierto al culto. Sin terminar, su gran estructura de hormigón y ladrillo está abierta a todos los vientos. Coronado por cuatro semicúpulas, una gran cúpula central, un campanario y una enorme cruz dorada, el edificio se convertiría en la sede de la Eparquía de Ras-Prizren. Las obras iniciadas en 1995 con el beneplácito del presidente Slobodan Milošević nunca se completaron. La guerra de 1998-1999 llegó y se fue. A medio terminar, la catedral es desde entonces la apuesta de un pulso entre la Iglesia Ortodoxa Serbia y la Universidad de Pristina. La primera pretende reanudar las obras y ganó su caso en el Tribunal de Apelación de Kosovo en 2017. Este último reclama la propiedad de los terrenos y bloquea el acceso a los trabajadores. En cualquier caso, los habitantes albaneses de la ciudad parecen haberse acostumbrado a este fantasma del pasado. La han apodado "la iglesia de Milošević" (kisha e Millosheviqit). La catedral era un símbolo del nacionalismo serbio. En este contexto, es difícil ver cómo el Estado kosovar podría aceptar nuevas obras. Pero la destrucción parece descartada, si no es para agravar las relaciones entre serbios y albaneses. La comunidad ortodoxa serbia de Pristina (500 personas en la actualidad) se conforma en cualquier caso con la discreta iglesia de San Nicolás (1830), en la calle Shkodra, a 800 m al noreste de la parte alta del bulevar Madre Teresa.