A 23 km al sureste de Kuršumlija, se puede observar un sorprendente fenómeno geológico. En el macizo de Radan, cerca de la cima (1.409 m), dos centenares de figuras de piedra de 20 metros de altura se elevan hacia el cielo. Se trata de un lugar excepcional y un ejemplo de una formación geológica muy rara en el mundo, llamada Ðavolja Varoš (la "Ciudad del Diablo"). En 2002, Serbia solicitó su inclusión en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. En 2007, el sitio fue seleccionado como una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo y quedó en el vigésimo séptimo lugar. Las esculturas de piedra de color rojo y ocre, rematadas con discos negros, recuerdan a las chimeneas talladas en la piedra por el hombre. Además, cambian de color en cada periodo del día, y siempre es una delicia observar sus múltiples metamorfosis. Por la noche, siguen siendo visibles, e igual de hermosas, gracias a un moderno sistema de iluminación. Rodeadas de un paisaje lunar, estas esculturas naturales son una sorpresa en un paisaje más bien verde. Varias leyendas rodean el fenómeno. Una de las más extendidas es que los pilares representan un castigo divino; las propias formaciones son en realidad los invitados muertos petrificados de una boda. Durante mucho tiempo, este lugar único en Europa quedó en manos de unos pocos especialistas y lugareños; hoy esto está cambiando y los intentos del municipio por darlo a conocer en todo el mundo han tenido éxito. ¡Y todo ha cambiado!

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