CAMPO DE CONCENTRACIÓN

El campo de Niš es uno de los pocos campos de concentración nazis que quedan. Es testigo del sufrimiento de los ciudadanos de Niš y de todo el sur de Serbia durante la Segunda Guerra Mundial. Si a primera vista, el vasto edificio situado no lejos de la estación de tren de la ciudad parece más bien una antigua fábrica o almacén, no lo es. Todo aquí ha permanecido inalterado, como si el tiempo se hubiera detenido en 1944: los edificios grises y rectangulares donde se hacinaban los civiles, las torres de vigilancia y las garitas, las alambradas intactas... Durante la guerra, más de 30.000 personas pasaron por el campo, 10.000 de las cuales fueron fusiladas en la colina de Bubanj. Al principio, el campo estaba destinado a encerrar, interrogar y torturar a los enemigos del régimen: comunistas serbios, rehenes, gitanos y judíos. El 12 de febrero de 1942 estalló una revuelta y más de un centenar de prisioneros consiguieron escapar. La represión fue feroz: los cuarenta prisioneros restantes fueron masacrados con una bestialidad pocas veces vista hasta entonces, y este campo, llamado de la Cruz Roja, se convirtió en el campo de la muerte. Una visita impactante que, al igual que la Torre de las Calaveras y la Mediana, merece ser realizada durante un paso por Niš.

En la colina de Bubanj, una escultura monumental representa tres enormes puños cerrados. Honra la memoria de los 15 000 prisioneros fusilados por los nazis en esta colina, después de haber conocido los calabozos de la Cruz Roja.