TAKTSHANG (NIDO DEL TIGRE)

Es el monasterio más famoso de Bután, el que verá en todas las postales del destino. Es sin duda uno de los lugares de peregrinación más importantes del Himalaya y su visita es obligada. A unos 5 km de Kyichu Lhakhang, a la derecha de la carretera, dominando el valle, verá la ermita de Taktsang, "el nido del Tigre", encaramada a 3.070 m sobre el nivel del mar. Allí arriba, como suspendido en el aire, el templo se aferra a las rocas negras. Tras años de reconstrucción después de un devastador incendio en 1998, el templo vuelve a estar abierto al público.

Acceso y senderos. Aunque la ermita pueda parecer inaccesible, tanto peregrinos como visitantes pueden llegar a ella a través de varios senderos. Se tarda unas dos horas y media en llegar. Sin embargo, se desaconseja a las personas con problemas cardíacos y a las mujeres embarazadas subir a pie, ya que la caminata no es difícil en sí, pero el desnivel es considerable (1 km) ¡y aún así se está a 3.000 metros de altitud! Si no está físicamente preparado para el reto, siempre puede ir a caballo. Hay caballos cerca del aparcamiento donde comienza el sendero principal. Sale de la carretera, cruza un río, se pierde un rato en medio de campos antes de comenzar una subida bastante empinada a través del bosque. Para sentir la magia de Taktsang y acercarse a él, dedique entre 1 y 2 horas a caminar por un bosque de rododendros y líquenes antes de alcanzar el primer nivel, a 2.900 m. A mitad de camino, hay un restaurante-cafetería gestionado por el Ministerio de Turismo donde se puede beber y comer. Ofrece una vista impresionante del monasterio, que podrá observar mientras disfruta de una merecida taza de té o café También se ofrecen algunos tentempiés para reponer fuerzas.

La segunda parte de la ruta es más empinada, pero también más rápida (unos 45 minutos). El camino asciende por encima del templo y, en una curva, un pequeño chörten coronado por algunas banderas de oración ofrece una vista de pájaro de los tejados dorados del monasterio. El efecto es sobrecogedor, y hace que uno se pregunte cómo se las arreglaron los monjes para conseguir los materiales que necesitaban para construir aquí su santuario. Tras una profusión de escalones y curvas que le llevan junto a una pequeña capilla y una cascada, el esfuerzo se ve ampliamente recompensado cuando el paisaje se abre como una ventana a la guarida. Detrás de las banderas de oración multicolores, el monasterio blanco aferrado a la roca destaca perfectamente y es todo un reclamo. Un último esfuerzo antes de entrar (¡otra vez!): aquí, como en todos los templos del país, no está permitido hacer fotos, y hay que dejar la bolsa y la cámara en una taquilla a la entrada.

Según la tradición, Padmasambhava, o Guru Rimpoché -en su forma iracunda de Dorje Dolo-, tras oír a los habitantes del valle quejarse del yugo de un demonio, Singey Samdrup, montó en una tigresa (la manifestación de su esposa Yeshe Tsogyal) y voló hasta allí para derrotar al demonio y convertirlo en protector del valle. Una vez consumado el milagro, se instaló en una de las cuevas de la muralla para meditar durante tres meses y convertir el valle al budismo. También se dice que el santo Milarepa meditó allí. Todos los templos se construyeron a lo largo de los siglos, pero el edificio principal, atribuido al cuarto desi (administrador no religioso), Tenzing Rabgye, data del siglo ^XVII. Las capillas, la primera de las cuales data del siglo ^XIV, se fueron añadiendo a lo largo de los siglos y los monjes se retiran aquí durante un periodo de tres años, tres meses y tres días.

Una vez dentro, antes de comenzar el recorrido por los 3 templos, gire a la derecha y busque la piedra de la reliquia. El principio es sencillo: cierre los ojos e intente colocar el pulgar en el pequeño agujero de la roca. A continuación, abra los ojos. Si lo consigues, ¡tendrás la bendición de tu guía! ¿Está tu pulgar cerca del agujero? ¡La próxima vez lo harás mejor! En el piso inferior, diminuto hasta decir basta, el primer templo, el Dubkhang, se construyó alrededor de la cueva donde Guru Rimpoché meditó durante tres meses. La cueva, protegida por una verja, sólo se abre a los peregrinos una vez al año. En el interior del templo, la estatua central representa la llegada de Padmasambhava, a lomos de la tigresa, equipado con el dorje, el arma en forma de rayo, y el phurbu, la daga ritual. La visita continúa en el piso superior, justo encima de la cueva. Una sala mucho más grande alberga una soberbia estatua de Guru Rinpoche. La estatua es muy venerada por los peregrinos y se le han atribuido palabras. También hay en la sala una estatua muy fina de Tenzing Rabgye, el cuarto desi y fundador de las capillas principales. Notables pinturas ilustran las diversas manifestaciones de Padmasambhava. El tercer templo, mucho más grande, también está dedicado a Guru Rinpoche, con estatuas y pinturas que ilustran sus diversos aspectos y enseñanzas. La pequeña capilla contigua alberga una gigantesca estatua de Dorje Dolo. En el suelo, un panel de cristal revela las entrañas de una cueva sagrada. Alrededor y hasta la cima, numerosos pequeños edificios y capillas nos recuerdan que éste es, ante todo, un lugar de retiro.