CATARATAS DE IVÉLA
Esta cascada especialmente espectacular cae en cascada hasta el río, que sigue su suave curso
En la carretera se suceden los pueblos formados por cabañas rectangulares construidas con tablones de madera repletos de ilomba (Pycnanthus angolensis). Se pueden ver los estanques de las piscifactorías. La sabana montañosa alterna con las zonas boscosas. En Louango, situado a 30 km de Tchibanga (aproximadamente a una hora en coche), es imprescindible contactar con un aldeano que le guíe a pie hasta las cataratas de Ivéla, en el desfiladero de Mitoungou, en la confluencia de los ríos Nyanga y Moukalaba. Se tarda unas dos horas caminando. Atravesará una llanura herbácea, luego un sotobosque más bien oscuro con los olores de la tierra violeta y húmeda, a menudo despejada por el guía con un machete. Dos troncos de árboles colocados a través del arroyo forman un puente. Se pueden ver las huellas de los elefantes que frecuentan esta zona. Es mejor ir bien equipado con buen calzado, porque las hormigas son agresivas. Después de algunos esfuerzos más, se alegrará de ver la luz en las orillas del Moukalaba y del golpear de sus aguas. Los saltos son espectaculares ya que caen en sucesivas cascadas hasta que el río sigue tranquilamente su curso. Aquellos que duden en emprender esta caminata exigente también pueden alquilar una canoa en Louango.