Tras dejar el Ogooué, seguimos el río Ezanga y luego el río Pelican, para llegar al lago Evaro, a una buena hora de piragua desde Lambaréné. A lo largo del paseo, uno sólo puede maravillarse con los paisajes salvajes y vírgenes que rodean el lago. Se pueden observar muchas especies de aves y, con un poco de suerte, hipopótamos. En la desembocadura del río Pelícano, el pueblo de Ompomouena puede ser un lugar agradable para vivaquear. Para completar la excursión, se puede hacer un desvío a la misión protestante de Ngomo, al oeste de Evaro, que fue uno de los primeros centros de evangelización del país.

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