LLAMA A LA RONDA
Una calle con todo el encanto de una callejuela tradicional de pueblo español, estrecha y empinada
Es una de las calles más bonitas del Quito antiguo. No deje de pasear por ella, pero tenga cuidado, ya que no siempre está bien frecuentada; no la recorra solo ni con objetos de valor o dinero cuando anochezca. Esta calle conserva todo el encanto de un callejón tradicional de pueblo español, estrecho y empinado, con su hilera de casas antiguas de fachadas coloniales, paredes blancas, tejados de teja y elaborados balcones. Prueba de su valor estético, la calle Ronda es reproducida a menudo por artistas de la acuarela en el parque de El Ejido. La casa de los números 949 y 963 (tiene dos entradas), una auténtica joya colonial, es una de las más antiguas de Quito. Las monjas de este Hogar de La Paz acogen a niños desfavorecidos (abierto al público). En los años 1900, la calle era la guarida de artistas e intelectuales, poetas, escritores, pintores y cantantes de todo tipo. Era famosa por sus bares y cabarets. Hoy alberga pequeños restaurantes de cocina típica ecuatoriana, cafés literarios y bohemios, una picantería legendaria y una confitería tradicional muy famosa en Quito. En la calle de La Ronda también hay vendedores de velas decorativas, adivinos, curanderos y músicos, y se pueden degustar los famosos canelazos quiteños acompañados de excelentes empanadas de viento.
L'ambiance est tout de même présente pour un apéro le week-end, si ça ne vous dérange pas d'être dans un endroit qui a perdu son authenticité.