Unida a tierra firme por un estrecho puente de carretera de 400 metros, esta acogedora villa turística está bordeada por la majestuosa laguna Petén Itzá, lo que le confiere cierto encanto. Sus estrechas calles bordeadas de casas antiguas, sus riberas restauradas y su desarrollada infraestructura hotelera la convierten en un punto de encuentro para los visitantes que desean descubrir los yacimientos de Tikal y Yaxhá-Nakum-Naranjo, entre otros.Antiguamente conocida como Tayasal, Flores era la capital del reino Itzá y albergaba unos 21 templos antes de ser invadida por los conquistadores en 1697. Adoptó su nombre actual en 1830, en honor de Cirilo Flores Estrada, líder guatemalteco y luchador por la independencia. En 1524, Cortés hizo una tranquila escala en la ciudad de camino a Honduras. El conquistador reanudó su viaje, no sin antes dejar en la ciudad uno de sus caballos, al que los indígenas honraban como a uno de sus dioses, Tzimin Chac. Hoy, a pesar de su creciente popularidad por su encanto y proximidad a Tikal, Flores sigue siendo una pequeña ciudad acogedora con muy buenas infraestructuras, pero habitada casi exclusivamente por turistas.

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Fotos e imágenes Floras

Lac Petén. Simon Dannhauer - iStockphoto
Île de Flores. Abdesslam Benzitouni
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