ALLALA

El indescriptible Seko abrió este singular restaurante en 2007, apenas un mes después de dejar Japón por San Marcos. Es una dirección sorprendente, hecha de ladrillos y cemento, con un espacio dedicado a la venta de todo tipo de objetos, desde chalecos de piel hasta máscaras venecianas, como una tienda de segunda mano. Puedes comer makis de extraordinaria calidad, una sabrosa sopa de miso, deliciosas tempuras y currys... Una delicia. La guinda del pastel es el postre gratuito. Todos los días 15 de cada mes se celebra una velada con buffet y música en directo. ¡Absolutamente imperdible!