Guía de viaje Carara

En esta zona de transición entre el norte seco y el sur húmedo hay más de 750 especies de plantas, una de las más notables del país. En la lengua indígena huetar, su nombre significa río de los lagartos. Establecida como reserva biológica en 1978, la zona fue declarada parque nacional en 1998. En el noreste de la reserva, que abarca 4.700 hectáreas, hay marismas que albergan aves zancudas y reptiles. El Parque Nacional de Carara es mundialmente conocido por la observación de aves. La reserva es especialmente importante para la lapa roja, que es uno de los últimos hábitats que quedan en todo el continente americano, una especie que desgraciadamente está en peligro de extinción. Para ver o al menos escuchar su distintivo llamado, visítelo a primera hora de la tarde. Hay dos rutas para los visitantes; la más corta, por desgracia, está un poco cerca de la carretera y tarda unos tres cuartos de hora en atravesar el espeso bosque. Para estos dos recorridos, cúbrase bien, especialmente las piernas y los tobillos: los insectos son feroces. Se puede ver cuando se paga la entrada. Además de estos dos senderos señalizados, hay otros recorridos personalizados que se pueden realizar con un guía. La mejor observación es a primera hora de la mañana. El clima varía entre los 24 y los 34°C según la estación, y las precipitaciones en el parque rondan los 3.100 mm anuales.