Guía de viaje Parque Nacional Corcovado

El Parque Nacional de Corcovado, que abarca gran parte de la Península de Osa y, más recientemente, una franja de bosque entre Golfito y la parte norte del Golfo Dulce en su lado suroeste, protege 54.500 ha de tierra y 2.500 ha de mar. Se creó en 1975 tras la llegada masiva de madereros y campesinos en busca de nuevas tierras para desbrozar. En la década de 1980, el (re)descubrimiento de yacimientos de oro amenazó el equilibrio de la selva. Desde entonces, los mineros han sido desalojados oficialmente, pero hay que mantener una vigilancia constante. En el parque se reconocen ocho tipos de hábitat, desde las llanuras pantanosas hasta la laguna y los bosques de montaña, lo que supone más de 500 especies de plantas, principalmente árboles. Como el bosque del Corcovado es uno de los más húmedos de Costa Rica, con al menos 5.500 mm de precipitaciones en los puntos más altos, más de la mitad del territorio está cubierto por un bosque tropical húmedo de tipo montañoso y nuboso, formado por robles, helechos arbóreos y bosques pantanosos, que están inundados la mayor parte del año. Esta flora extraordinariamente rica permite el desarrollo de una fauna no menos excepcional que, afortunadamente, se puede observar ampliamente desde los senderos. Hay 140 especies de mamíferos, entre ellos el tapir, el perezoso tridáctilo y las 6 especies de felinos que hay en el país, así como 367 especies de aves, 117 especies de reptiles y anfibios, 40 especies de peces y nada menos que 10.000 insectos diferentes, entre ellos las temidas purrajas, un tipo de mosquito extremadamente voraz. también se pueden observar 4 especies de tortugas marinas en la zona de Playa Llorona. Se puede acceder al parque por la entrada de San Pedrillo, para una excursión de un día desde Sierpe o Drake, o por la entrada de Carate-La Leona, tras un largo viaje en coche desde Puerto Jiménez, o por la entrada de Los Patos, en el interior. Las posibilidades de hacer senderismo en el parque, que solían ser numerosas, están ahora limitadas por el alto coste de dicha excursión, pero también por las medidas de seguridad; desde 2014, un guía local es de hecho obligatorio para caminar por el parque. La mayoría de los turistas se conforman con una excursión de un día desde Drake o Sierpe. Para los senderistas, la opción más común es un viaje de 3 días y 2 noches (o 2 días y 1 noche) con alojamiento en La Sirena, en el centro del parque. En este caso, tendrá que reservar una o más noches en el refugio. Hay enormes dormitorios en los que se puede pasar varias noches, pero las camas se llenan rápidamente en temporada alta (cuidado también con los precios desorbitados de las comidas). La cena, al igual que el almuerzo, cuesta 25 dólares y está lejos del lujo. Es mejor planificar la comida con antelación, escondiéndose de los guardias). La entrada y la salida sólo son posibles en La Leona-Carate y Los Patos (no es aconsejable ir andando desde San Pedrillo a La Sirena, sólo se puede ir en barco, y el itinerario es de todas formas intransitable en época de lluvias), con alojamiento antes y después de la caminata en uno de los establecimientos locales. Pero ten en cuenta que todas las configuraciones son más o menos posibles, siempre que dispongas de presupuesto.