LAM SI VENG

Este restaurante, bastante señorial, está llevado por una familia de origen chino. Gran sala de baldosas y ventanas abiertas de todos lados. Mobiliario de madera maciza. Se puede confiar en el personal de las ONG que eligieron el lugar como cantina. Sin embargo, nada extraordinario: recetas locales a base de arroz o de pasta, algunas sopas. Comunicación difícil en inglés, como en todo Pursat. Acogida correcta.