EL INSTITUTO FRANKLIN
Fundado en 1824 por el ingeniero Samuel Vaughan Merrick y el químico William Keating para promover las ciencias mecánicas, el lugar se convierte en un museo en 1934. El museo, muy lúdico, explica la ciencia de manera sencilla y tocará todo y gustará mucho a los niños. La impresionante locomotora que se hace avanzar y el inmenso corazón humano en el que puedes entrar para comprender el funcionamiento son los dos lugares que no se pierden. Además de las exposiciones permanentes y temporales (son tan interesantes), The Franklin Institute posee tres teatros, I-Max (360 °), Franklin Theater y Planetarium, que difunden películas en un gran número de temas apasionantes, como el cuerpo humano, el universo, las grandes invenciones o los tesoros de los mares. Antes del gran escalón para los valientes niños que acuden al skybike, que permite cruzar el museo a una decena de metros de altura.
Benjamin Franklin National Memorial. Una inmensa estatua de Benjamin Franklin, padre fundador de Estados Unidos, pero también físico de renombre, nos acoge en su sillón, a la entrada del museo.