MAISON DES ECRIVAINS

Idealmente situado en la península entre los pinos a los pies del Sevanavank, el establecimiento está adormecido por la memoria de los escritores armenios, pero también de Sartre, Beauvoir, Mandelstam y Bitov, que se alojaron en estos lugares diseñados en los años 50 para acoger a la gente de letras. El edificio, que estuvo en la vanguardia del modernismo soviético, con sus ventanales y su rotonda saliente, ha sido restaurado y acoge a los turistas, a quienes ofrece alojamiento y comida, en una decoración soviética, pero con una vista sin obstáculos del lago