Guía de viaje Santa Severina

Santa Severina, situada en un espolón rocoso a 326 m de altitud, no es de fácil acceso. Si tiene tiempo y no le importan las carreteras sinuosas, tome la antigua SS107 a través de Marchesato, otro nombre dado a la provincia de Crotone. El paisaje de colinas, atravesado por el río Neto, está salpicado de pueblos pintorescos como Scandale y San Mauro Conquistada por los sarracenos en el año 840, luego tomada por los bizantinos en el 866, la ciudad fue sometida en 1074 por el normando Robert Guiscard, que construyó allí el poderoso castillo. En el siglo XV, acogió una comunidad albanesa. Parte de Santa Severina fue abandonada tras el terremoto de 1783, lo que explica que su centro histórico haya conservado un aspecto bizantino relativamente intacto. Todavía puede verse la estructura de la ciudad: excavado en la roca, el barrio griego llamado Grecia, el de los pobres; construido en lo alto del espolón rocoso, el barrio de los ricos. En el centro, merece la pena ver el antiguo baptisterio (probablemente de los siglos VIII y IX), la iglesia de Santa Filomena del siglo XII con su arquitectura tardo-bizantina, la catedral y el majestuoso castillo de Carafa. Esta estructura militar, rodeada de murallas almenadas, alberga un museo arqueológico que recorre la historia de la ciudad y del valle del Neto, entre restos bizantinos y normandos. Frente al castillo, la plaza del Campo es el centro de la vida local con su ayuntamiento y varios bares.