Los mejores restaurantes Lecce

Auténtica cocina salentina y productos de kilómetro cero: ésta es la garantía de esta osteria, abierta desde 1999 y regentada por Salvatore Campilongo, conocido como Totu, que siempre tiene un ojo en el comedor y otro en la cocina. Así que espere encontrar cocina casareccia, "como en casa", sin aspavientos pero siempre generosa. El menú satisface todos los gustos, desde abundantes antipasti para compartir, pescado fresco y platos típicos de carne como el turcinieddrhi.

Realmente hay que conocer el lugar o dejarse llevar por los sabrosos olores de las pizzas que llegan a la calle para encontrar este pequeño local. Situado en el centro comercial de Lecce, se presenta con un ambiente artístico, colorido y cálido, con una selección de seis pizzas de todos los tamaños para comer en el local o para llevar. En el mostrador, grandes rectángulos salpicados de queso, setas, salmón, rúcula y otros sabrosos ingredientes entran por los ojos y se reafirman en las papilas gustativas. Buena gama de cervezas locales. 

El lugar ideal para comer algo rápido, en un ambiente agradable, en pleno centro histórico, y de forma económica. El personal ha introducido la piadina de Emilia-Romaña, una especialidad culinaria que consiste en un pan plano y redondo hecho con harina de trigo y manteca de cerdo o aceite de oliva, sal y agua, que se rellena con productos frescos y sabrosos, preparados y (a veces) asados delante del cliente. Nos encantó la piadina con berenjenas recién cocinadas, con su chorrito de aceite de oliva, pero también el kebab vegano. Desde luego, merece la pena probarlo.

Desde hace más de cincuenta años, la pizzería Rosetta (que lleva el nombre de la esposa del primer propietario) sigue teniendo el mismo éxito. ¿La razón? Una auténtica pizza napolitana hecha al fuego de leña, de textura elástica y deliciosa, cubierta con ingredientes cuidadosamente seleccionados y rociada con un aceite de oliva rigurosamente salentino. Pizzas tradicionales o más elaboradas, como la pizza Rosetta con setas, achicoria, bresaola y Grana Padano, o la pizza Patata, de patatas, salchicha, romero y gorgonzola. Y todo esto sin dejarse la cartera.

En el centro del corazón antiguo, junto al convento de Mesa, esta trattoria-pizzería hace descubrir especialidades del país: pastas y sabores tierra como mar. Hay que degustar la pizza salchicha-pimientos o los menús interesantes que incluyen varios platos, primero, segundo, con 1/4 de agua y vino.

Para disfrutar de una buena experiencia culinaria, este lugar que se encuentra al otro lado de los jardines públicos y combina la hospitalidad de Lecce, con un toque de aristocracia, y la exaltación de los sabores de Salento. La gastronomía es a la vez auténtica y refinada: presenta la cocina de temporada y las recetas tradicionales del país se presentan en platos cuidadosamente preparados, y el modesto fave e cicorie (puré de judías con achicoria), sublimado por un chorrito de aceite de oliva perfumado, se transforma en un plato gourmet. Dispone de excelentes vinos y una muy buena relación calidad-precio.

Rosalba de Carlo dirige su restaurante del centro histórico con gran habilidad. Está orgullosa del gran número de críticas (excelentes, por supuesto) que ha recibido por su cocina tradicional salentina, que ha conseguido elevar el nivel de la gastronomía con su talento. La decoración es un poco rústica con sus mesas de manteles cuadrados y rojos. A degustar: los fritti ti l'uertu, verduras fritas de la huerta, o el ricciareddhe, pasta grande con tomate, ligeramente especiada. Ofrece un servicio que cuida cada detalle. Se recomienda reservar.

Si conocía este delicioso restaurante, debe saber que acaba de instalarse en el ala de un convento del siglo XV. El atractivo histórico se combina con la refinada cocina italiana, generosa en sabor e innovación. Los platos son suculentos y el servicio, impecable, no falla. Descubra los orecchiette con espuma de judías blancas y crumble de pan tostado, la deliciosa burrata como entrante, o platos típicos de Lecce, como el ciceri e tria (pasta y garbanzos). Agradable entorno y terraza en una pequeña calle del centro.

Situado en el centro de la ciudad, justo al lado del Presidente, este establecimiento con terraza te permitirá comer en el pulgar una gran parte de lasaña, servida con tranquilidad. Ideal para hacer un descanso en la nueva ciudad, antes de empezar un poco de compras.

El restaurante del hotel Patria Palace es la mejor opción gastronómica de la ciudad. En verano, la cena se sirve en la terraza con vistas a Santa Cruz, la obra maestra barroca de Lecce. En invierno, ofrece una elegante sala abovedada del palacio donde las papilas gustativas se rinden a los manjares. El chef resalta brillantemente los sabores de cada alimento, y las especialidades de marisco están realmente logradas. La presentación de los platos es sencilla y elegante. El servicio es de alto nivel y el camarero conoce la historia de cada uno de sus vinos.

Una institución en Lecce, llevada con orgullo por su propietario Giuseppe Giannone, que representa la^3ª generación. La puccia salentina es un pan redondo similar al pan bagnat: aquí se elabora de forma casera y se hornea en piedra, y luego se cubre generosamente con productos regionales de calidad. Nuestra puccia favorita es la Pugliese, con burrata, capocollo y finas rodajas de calabacín, todo ello rociado con aceite de oliva virgen extra. Una delicia para un almuerzo gourmet.

Justo al lado de la librería Liberrima, este restaurante-bar-enoteca ofrece un agradable paréntesis a cualquier hora del día, ya sea para tomar un café con pasticciotto, una copa de vino con una rebanada de focaccia o cenar. La terraza a la sombra de la iglesia de Sant'Irene invita a relajarse; la sala abovedada con sus paredes forradas de botellas de vino y libros es igual de acogedora. Buena cocina típica de Salento. Los platos se ofrecen en versión assaggio (pequeña degustación), que permite probar más cosas.

Lo más probable es que sea el único turista en esta pizzería de barrio, muy conocida entre los locales. Lo que hace que tenga tanto éxito es el gran cuidado que se pone en la masa, que se deja crecer durante 72 horas, muy ligera y digerible. En el menú se encuentran tanto los grandes clásicos (margarita, cuatro quesos, capricciosa), como algunas combinaciones poco comunes (setas y salchichas, mozzarella de búfala campana y flores de calabaza...). Con un ambiente familiar y animado, es imprescindible reservar para el fin de semana.