Guía de viaje Bari

El emplazamiento del casco antiguo de Bari, situado en un promontorio de piedra caliza, ha estado habitado desde la prehistoria. Sin embargo, no fue hasta después de la conquista romana, en el siglo III a.C., cuando la ciudad encontró su vocación de encrucijada marítima. Tras la caída del imperio, Bari cambió muchas veces de manos, ocupada sucesivamente por los ostrogodos, los bizantinos, los lombardos, los árabes y, finalmente, tras una breve reconquista por parte de los bizantinos que le permitió convertirse en uno de los principales puertos comerciales de la región, los normandos. Los avatares dinásticos la hicieron pasar luego a manos de los suevos, los angevinos y los aragoneses, linajes prestigiosos que no frenaron el lento declive de Bari a partir del siglo XVI. No fue hasta la época napoleónica y la obra de Murat que la ciudad se desarrolló al sur del centro histórico. Hoy en día Bari tiene muchas facetas. El de la historia, en torno a la basílica de San Nicola, la catedral y el castillo normando-suabo, en el casco antiguo donde las estrechas calles y callejones se entrelazan en un complejo laberinto. Aquí se encuentran casi todos los lugares de interés, un ambiente muy italiano y acogedor, con restaurantes, caffetterie y tiendas típicas de la zona. Luego está la parte napoleónica con el Borgo Murattiano, una zona comercial con avenidas en damero, situada entre el casco antiguo y la estación de tren. Y, por último, los barrios portuarios, a ambos lados del casco antiguo, donde los bonitos paseos marítimos se alternan con los muelles de los transbordadores, que reciben diariamente a un gran número de turistas.