MAUSOLEO DE PEDRO II PETROVIĆ NJEGOŠ

Se trata de uno de los monumentos más importantes de los Balcanes. Hay que tomar una carretera con buen firme desde Cetinje. Desde Kotor, se pasa primero por las serpentinas, con sus deslumbrantes vistas, para luego llegar a una carretera mejor. El monumento se encuentra a una altitud de 1657 m. Estamos, pues, en una de las grandes cumbres de los Alpes dináricos, en el techo de los Balcanes.
Los montenegrinos acuden aquí para honrar la memoria del héroe nacional Pedro II. Sucesor de Pedro I (1748-1830), metropolita de Cetinje, estaba adscrito a la Iglesia ortodoxa serbia de Montenegro. De la dinastía Petrović, y el líder con mayor espiritualidad, Pedro I nombró sucesor a su primer sobrino, quien estudiaba en Rusia y no quiso convertirse en obispo, por lo que su segundo sobrino, Rade Tomislav (1813-1851), tomó el relevo y fue el nuevo metropolitano (vladika) de Cetinje en 1830. Desde entonces, a Tomislav se le conoce como Pedro II Petrović-Njegoš (Петар II Петровић-Његош).
Muchos académicos y otros especialistas consideran a Pedro II el líder más impresionante de Montenegro, pues fue quien sentó las bases del nuevo Estado montenegrino, además de ser poeta. Sin embargo, este metropolitano también era muy temido: todo miembro del Senado que no estuviera de acuerdo con él era asesinado. Al final de su reinado, llegó a tener setenta asesinos profesionales a sus órdenes.
La vista desde esta montaña es impresionante. Se puede ver la carretera y los coches cruzándose con una claridad asombrosa. A 190 grados, se ven las últimas montañas antes del mar. La carretera a Bar es larga, pero a vuelo de pájaro solo se tardarían unos diez minutos. Concentre la vista a 90 grados y verá por primera vez la ciudad de Cetinje. Está tan cerca que podría saltar y aterrizar en el centro. Más adelante verá el lago de Skadar, lugar donde se produjo el primer vino en los Balcanes. La ciudad albanesa de Shkodër es visible en un día claro. Un poco más a la izquierda, a 70 grados, se ven las montañas albanesas que forman el valle de Valbona. El gran escritor albanés Ismaïl Kadaré afirma que esta montaña es legendaria. Otros dicen que la Ilíada de Homero se originó allí.
Es mejor aparcar junto a los contenedores de basura. La carretera después de la última curva es caótica.