Guía de viaje Helsinki

Helsinki, o Helsingfors en sueco, con casi 650000 habitantes, es una ciudad decididamente activa y moderna. Típica ciudad septentrional, es armoniosa y seductora, con sus grandes edificios neoclásicos en tonos pastel y sus amplias avenidas. La naturaleza está omnipresente, con grandes puertos abiertos al amplio mar, islas y parques en el corazón de la ciudad. Helsinki es también una puerta de entrada a Tallin y Estocolmo gracias a su excelente ubicación en la orilla norte del mar Báltico y a la presencia de transbordadores. La mayoría de los monumentos de la ciudad pueden visitarse a pie o en bicicleta, y desplazarse por ella es fácil. En el año 2000, 450 años después de su fundación, fue acertadamente elegida como una de las capitales culturales de la Unión Europea, de la que Finlandia es miembro desde 1995.Helsinki tiene una atmósfera muy especial, difícil de captar, casi paradójica. Entre lo bello y lo banal, lo nuevo y lo viejo, lo moderno y lo anticuado, puede resultar desconcertante. La ciudad es un punto de encuentro entre Oriente y Occidente. La impresión de estar en un pequeño San Petersburgo persiste en los distritos centrales. Un poco más allá, el Norte de Europa se reafirma con su arquitectura moderna, maciza y de diseño. En dirección al mar o a los grandes parques, se siente la omnipresencia de la naturaleza. Un paseo por los diferentes barrios revela la complejidad de la ciudad.La audacia de Helsinki es innegable en muchos aspectos. Las asombrosas esculturas atlantes (estilo art nouveau) de la estación de ferrocarril en la plaza central, el conjunto neoclásico de la plaza del Senado, la arquitectura hiperfuncional del palacio Finlandia de Alvar Aalto, junto con innovaciones vanguardistas de cristal y acero como el Museo de Arte Contemporáneo (1998), el edificio Sanomatalo (1999), el centro de alta tecnología (2001) y el anexo del Parlamento (2004), hablan a su manera de los edificios de ayer y de mañana. Al mismo tiempo, todo confirma la energía juvenil y la vitalidad de una ciudad que avanza. La sensualidad de una Havis Amanda, la estatua femenina de la fuente homónima, que es a la vez la musa de los estudiantes y la diosa del Báltico; el viento sonando en los tubos del órgano del monumento a Sibelius; la alegre multitud en la doble Explanada durante los festivales de verano; las madrugadas en el Kauppatori, el colorido mercado de verano en el puerto, en el centro de la ciudad; el amor de la capital por la música y el teatro; el aire antiguo de los «bailes de tango». La acertada integración de Helsinki en su entorno natural, con la omnipresencia del agua y los espacios verdes, combina inteligentemente las necesidades de la vida urbana con las delicias de un fin de semana en el campo. Vale la pena recordar que Helsinki estuvo bajo dominio ruso durante mucho tiempo.En cierto modo, Helsinki es la capital de la paz. Para este pequeño país, ferozmente apegado a su recién adquirida independencia, es la consagración de esfuerzos sostenidos en favor de la no violencia. Energía, perseverancia y lucidez son las señas de identidad de una ciudad a veces apodada la Ginebra del Norte por su pericia en este campo. Hoy en día, Finlandia impone respeto y se ha consolidado como uno de los miembros más dinámicos, innovadores y ricos de la Unión Europea.