CASA SKËNDULAJ (SHTËPIA E SKENDULATËVE)
Esta hermosa casa fortificada es la mejor conservada de Gjirokastra. Visita guiada por la familia de los propietarios.
Construida entre finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII y modificada en 1827, esta casa tradicional de 64 ventanas fue habitada por la misma familia hasta su transformación en Museo Etnográfico entre 1984 y 1992. Después volvió a estar ocupada por sus antiguos propietarios. La fachada se destaca entre casas tradicionales de Gjirokastra: vigas laterales de avellano dispuestas en las paredes para reforzar la estructura en caso de terremotos, una ventana y una hendidura en ángulo que permite abastecer y comprobar el nivel del depósito de agua. Este último, con una capacidad de 130.000 litros, servía no solo para las necesidades de agua de los habitantes, sino que también permitía aportar frescura a la reserva de alimentos situada en la sala contigua. En la planta baja se encuentra la bodega de piedra abovedada y, encima de ella está la cocina también abovedada, estructura que da más solidez a todo el edificio. Esta casa sorprende por sus elementos de confort, muy modernos para el siglo XIX. Con nueve chimeneas y, sobre todo, sus seis aseos (un verdadero lujo, incluso hoy, en Albania). Algunas habitaciones tienen ocultas en galerías (marfil) y armarios (musandra) un pequeño hammam y armarios para las sábanas y las mantas. El balcón cubierto (divan) ofrece unas bonitas vistas a la ciudad y comunica con todas las habitaciones de la planta. La habitación de invitados (oda e miqve), la habitación más grande de la casa, cuenta con quince ventanas, algunas con vidrieras. Antiguamente utilizado para ceremonias de compromiso, está repleta de símbolos nupciales: dos techos de madera tallados en forma de rosas (uno solo) para representar la unión de dos familias y, en la chimenea, que ha conservado su decoración original, hay frescos que ilustran granadas y flores de granado, famosas en la región, que dan suerte a los niños por nacer, así como velas y candelabros para traer prosperidad a toda la nueva familia. El salón de banquetes está cerrado por un ventanal (en principio, se trataba de una reja de madera) desde la transformación de la casa en museo. Por último, la cocina: los propietarios utilizaron todos los utensilios, como la tostadora de café, hasta el año 2000.
Mais la visite serait complètement inutile si elle n'était pas accompagnées des explications données par un personnel compétent et passionné.