MUSEO ONUFRI Y ANTIGUA CATEDRAL

El complejo de la antigua catedral ortodoxa de la Dormición de la Madre de Dios (Katedralja Fjetja e Shën Mërisë) alberga el Museo Nacional de Iconos Onufri (Muzeu Kombëtar Ikonografik Onufri), uno de los tres espacios más bellos del país para descubrir el arte ortodoxo albanés, junto con la sala de iconos del Museo Nacional de Historia (Tirana) y el Museo Nacional de Arte Medieval (Korça). El gran atractivo de este museo radica en que las obras se presentan casi en su lugar: la mayoría proceden de las iglesias de la ciudadela de Berat. El museo está acondicionado en la iglesia del Tránsito de María Theotokos («Madre de Dios» en griego). De ser una simple iglesia bizantina del siglo XIII, el edificio se reformó profundamente en 1797 para convertirse en catedral. Se desacralizó durante el período comunista y después se convirtió en museo durante los últimos años de la dictadura (1986). La institución posee una colección de 1500 obras, de las cuales, aproximadamente doscientas se exponen de forma permanente o rotatoria. Entre ellas, dos tercios son iconos o frescos realizados por pintores de la escuela de Berat, movimiento fundado en el siglo XVI por el mayor pintor albanés, Onufri.

Catedral Vieja. Al llegar desde el patio de entrada, bañado por el sol, llama la atención la penumbra de la nave, donde destaca el dorado del iconostasio. Esta pared de madera finamente tallada (elementos vegetales, dragones, etc.) y dorada con pan de oro es una de las obras maestras de los artesanos albaneses del siglo XIX. Fue realizado en 1806 por dos maestros escultores conocidos solo por sus nombres de pila, Andoni y Stefani. El iconostasio acoge 48 iconos en dos registros, realizados por el taller Çetiri de Berat en el siglo XVIII. Como el lugar ha sido desacralizado, es posible entrar en el bema, el espacio sagrado detrás del iconostasio reservado habitualmente al clero comulgante. Aquí pueden verse los frescos del ábside, casi borrados. A los pies de los frescos, en el suelo, se descubrieron en 1967 los Codex Purpureus Beratinus (Códices Púrpura de Berat).

Salas de exposición. Justo al lado de la catedral, en el antiguo edificio de la metrópoli (obispado ortodoxo) de Berat, se exponen los iconos más valiosos del museo, en particular algunos firmados por Onufri (siglo XVI). Destacan también los cálices y las biblias recubiertos de oro y plata que atestiguan la destreza de los artesanos de la región. Como en la catedral, aquí se exponen obras de Gjon Çetiri (a veces firmadas con sus hermanos Gjergj, Nikolla y Naum), entre ellas un bonito san Demetrio de Salónica, patrón de los ortodoxos del sur de los Balcanes. David Selenica, el representante más destacado del otro movimiento pictórico albanés, la escuela de Korça (del siglo XVIII al XI), solo está representado por un puñado de iconos raros, como el retrato de san Constantino y santa Helena procedente de la iglesia de San Nicolás de Moscopole. El gran Onufri se lleva la palma con cuatro o cinco de sus obras expuestas. Se puede ver un san Juan Bautista, un icono de los santos sanadores Cosme y Damián o la fabulosa Virgen Odigitria. Cubierta de una fina capa de metal, este última resplandece y eclipsa al resto de iconos del museo. El famoso «rojo Onufri» es una pequeña decepción, ya que luce en todo su esplendor en los iconos expuestos en Korça. Pero aquí brilla otro rojo: el de Konstantin Shpataraku (siglo XVIII). De todos los maestros albaneses, fue el que mejor supo combinar el Renacimiento italiano con la tradición bizantina. Suelen exponerse dos de sus obras maestras: un san Demetrio de la iglesia del Profeta Elías del barrio de Përrua, en Berat, y un magnífico arcángel san Miguel de la catedral vecina.

Dependiendo del año, se exponen aquí dos o tres secciones de frescos pintados por Onufri y sus discípulos en iglesias de la región. La mayoría está en mal estado. A la izquierda de la entrada, sin embargo, se encuentra la Dormición de la Virgen Theotokos, obra de Nikolla Onufri, hijo del maestro. Por último, varios iconos anónimos de la colección atestiguan la influencia de la cultura otomana en el arte religioso albanés. Entre ellos figura una representación de la Última Cena de principios del siglo XIX: Jesús y los Apóstoles están sentados alrededor de una mesa que no es rectangular, sino redonda y baja. Se trata de un sofra, mueble turco por excelencia. Nótese también que los invitados utilizan tenedores, como en la corte del sultán. Otra rareza es el icono de Pentecostés (siglo XIX), procedente de la iglesia de San Nicolás, en el vecino barrio de Perondi: Cristo sostiene en sus manos la Biblia griega, mientras que los personajes, vestidos a la manera oriental, muestran otra Biblia con caracteres árabes. Esto demuestra la confusión en que se encontraba la lengua albanesa, a veces transcrita con caracteres árabes, a veces con el alfabeto griego.