MARY LEE’S BY THE SEA
No cabe duda de que es la opción más encantadora de alojamiento de la zona. Esta habitación de huéspedes es una de las más agradables de Puerto Rico. Sin dirección física y por causa, Mary Lee's by the Sea se instaló a orillas del mar en el medio de la nada en los años 1970. Para llegar a este remanso de paz desde el centro de Guánica, recorre la carretera 333, pasa delante del hotel Copamarina, luego bifurz a la derecha y sigue 3 buenos kilómetros. La propietaria, Mary Lee, vivió en Cuba antes de que se le confiscaran todos sus bienes. Entonces decide venir a la otra esquina del paraíso. Situada en una pequeña colina que desciende hacia el mar hasta llegar al agua, la casa ofrece numerosas opciones de alojamiento, del estudio a las pequeñas villas de dos o tres habitaciones. La decoración de las habitaciones es bastante atípica con una legión de luces, mucha paja y colores. Algunos quizás encuentren un poco kitsch, pero como es bien dosificado, resulta divertido. Cada apartamento cuenta con su propia cocina. La dirección es ideal para pasar unos días. Como el sitio no dispone de acceso a una playa, por unos cuantos dólares, la recepción propone un pequeño barco para cruzar los 400 metros que separan la orilla de la isla Gilligan. Desde las diferentes terrazas del establecimiento, las vistas a la bahía son magníficas. Un lugar que hay que tomar.