Los mejores restaurantes Lugano

Es toda una institución en Lugano. Este establecimiento increíblemente elegante lleva abierto desde... ¡1803! Alberga un restaurante, un patio y una biblioteca. Sirve una cocina refinada en un marco distinguido. Lo recomendamos para tomar un capuchinoacompañado de uno de los maravillosos pasteles de la sección de cafetería/pastelería Al Porto. No deje de mirar hacia arriba y admirar el techo que data de 1500, decorado con frescos atribuidos al artista florentino Carlo Bonafedi. También hay una sala de reuniones para 2 a 44 personas.

Una nueva tendencia, Fermata ofrece un menú de tacos gourmet, fajitas y hamburguesas que querrás devorar. La decoración vintage recuerda al mundo de los trenes, con mesas altas para sentarse relajadamente. Una delicia para saborear sin complejos, ya que todo es casero. Mención especial para las patatas fritas con parmesano y trufa. En cuanto a las bebidas, los cócteles a base de ginebra son excelentes. El servicio es amable y acogedor, y el ambiente muy agradable. Si le gustan las hamburguesas, es un lugar que no debe perderse, sobre todo porque es apto para niños.

Atípico en la elegante y moderna Lugano, este mesón situado en un sótano abovedado ofrece un ambiente cálido y rústico. Abundan las recetas tradicionales ticas, la polenta y los risottos son exquisitos, las tablas de quesos increíbles y el tiramisú un gran éxito. Es fácil entender el éxito del lugar, ya que la calidad de la comida es unánimemente aclamada. Para completar el cuadro, hay una buena carta de vinos para acompañar su comida. Servicio eficiente y atento. Jefe amable. No le decepcionará

Bajo los soportales, frente a la plaza Riforma, este restaurante ocupa el emplazamiento de un antiguo bistró que ya existía en los años treinta. Es un lugar muy agradable en verano, con una terraza aireada y siempre concurrida. La cocina italiana es a la vez tradicional y moderna. Las pizzas son tan crujientes como se pueda desear. Lo mejor es que puedes elegir 2 pizzas en una La masa es extremadamente fina y hasta el tamaño más grande se puede devorar sin dejar ni una miga

Escondida en una típica callejuela que baja de la catedral, la Osteria Trani es una pequeña joya El equipo ofrece una refinada cocina mediterránea y una impresionante carta de vinos (¡más de 350!) en un ambiente acogedor bajo una bóveda de piedra o al aire libre cuando hace buen tiempo. Tanto si opta por el tartar, la pasta, un plato de carne o pescado, no quedará decepcionado. Lo más difícil es reservar un sitio para los postres, que están de muerte... Servicio amable, eficaz y atento. Una buena dirección.

Desde hace más de veinticinco años, este bistró con sabor sureño sirve comida fresca, de temporada y de estilo familiar que seguro le gustará Los camareros, vestidos de blanco y negro, explican la pequeña carta (unos pocos platos en una pizarra) de forma cortés y relajada. El vino ocupa aquí un lugar de honor, glorificado por los impresionantes magnums que decoran las paredes. Tanto en el interior como en la terraza, la diversión está asegurada. Un placer especial: los aperitivos (queso, bruschetta, etc.) servidos nada más llegar.

Escondida en un callejón casi imposible de encontrar, esta pequeña pizzería es muy atractiva. Nos conquistó su interior, bien decorado, con una combinación de verde, madera clara, luces colgantes y toques de color. En particular, el hermoso olivo que se alza orgulloso en medio de una mesa. En cuanto al paladar, aquí la pizza napolitana es la reina: junto a los grandes clásicos, también encontrará pasta frita, pasta de cebada u opciones más originales como el guiso de pulpo o el estofado napolitano... ¡Una delicia! Venga pronto porque el restaurante suele estar lleno.

Mauri Concept, uno de los establecimientos de moda de Lugano, es un llamativo concept store: boutique de diseño, salón de belleza y café-restaurante, todo en el mismo local. Bajo hermosas arcadas rodeadas de plantas al aire libre o en el interior con una decoración de diseño, es una buena opción para desayunar rodeado de hombres de negocios que engullen su café. La repostería francesa e italiana, la amplia gama de tés y los tentempiés de calidad (ensaladas, tartares, bagels y un menú semanal) bien merecen una visita.

A un tiro de piedra de la estación, lo mejor de este lugar son sus magníficas vistas sobre la ciudad y el lago Pero también es el lugar ideal para degustar buena comida italiana. Ese día nos tentaron con un tartar de salmón marinado, seguido de tallarines con setas. Otros platos incluyen ensaladas, sopas, risottos y, por supuesto, pasta, así como deliciosas pizzas. En cuanto a los postres, le sorprenderán las sugerencias, a veces originales, como el cuscús endulzado con pistacho, miel y menta. ¡Que aproveche!