MEG - MUSEO DE ETNOGRAFÍA

Un museo excelente, de visita obligada. Desde los confines de la Tierra de Fuego hasta el Ártico, desde el estrecho del Bósforo hasta Oceanía, desde el cabo de Buena Esperanza hasta Europa, exploradores en ciernes, ciudadanos del mundo, viajeros, ¡este museo es para vosotros! El Museo de Etnografía es una invitación al viaje, una ventana abierta al mundo, una visita obligada durante su estancia en Ginebra. Los cinco continentes están en el punto de mira, y se pueden descubrir a través de diversos temas como la escritura, el poder, el arte religioso, el arte, la música, los intercambios entre sociedades a lo largo de la historia, y los ojos de los primeros exploradores descubriendo nuevas culturas. El museo expone verdaderas obras maestras de las Antípodas. El departamento dedicado a la etnomusicología es especialmente fascinante, con una vasta colección de instrumentos y grabaciones. El museo presenta regularmente exposiciones temporales sobre diversos temas, como la historia "colonial" de la asociación de Suiza con Alemania en la explotación ^{en el siglo XIX} de una plantación de café en el estado de Bahía, en Brasil, o exposiciones dedicadas al medio ambiente y las diversas corrientes de activismo en todo el mundo para preservarlo, o una exposición sobre la Amazonia, los chamanes y el "espíritu de la selva". En resumen, un amplio abanico de temas que ponen de relieve obras de las ricas colecciones del museo. También hay vídeos, música, fotos, maquetas y esculturas. Como un iceberg, la mayor parte del museo desaparece bajo tierra. Una joya arquitectónica que ofrece exposiciones permanentes y temporales. Desde su fundación por Eugène Pittard (1867-1962), antropólogo de renombre internacional, el MEG alberga 80.000 piezas procedentes de mil quinientas culturas. Por no hablar de los 40.000 libros e innumerables documentos. Visitar el MEG es explorar el mundo y los orígenes de sus gentes. Emprender un largo viaje por los cinco continentes, admirando las obras maestras de cada cultura fascinante.

En resumen, el MEG es un museo al que se vuelve una y otra vez, para recargar las pilas y soñar con el próximo viaje antes de salir al campo. En la planta baja, el museo cuenta con un pequeño restaurante donde se puede parar a tomar un tentempié o almorzar. El MEG puede ser el cuartel general de los viajeros antes de dos salidas a las antípodas.