MADRASA MOHAMMED AMIN KAN
Construida en 1851 bajo el reinado de Mohammed Amin, fue una de las madrasas más grandes de Asia Central, con un patio de 38 metros cuadrados y un edificio de 72 por 60 metros. Una construcción a imagen y semejanza del kan, el líder más ilustre de Jiva: conquistó Merv e impuso su ley al belicoso Tekke antes de morir decapitado durante una batalla en la frontera iraní. Dejó a Jiva expuesta a los ataques de los nómadas durante las décadas siguientes. La construcción del impresionante edificio requirió que, para hacerle sitio, se destruyera una parte de las murallas de la fortificación. Las 125 celdas distribuidas en dos plantas albergaron a 260 estudiantes hasta 1924. Los tímpanos del portal superior y los dos pisos de la fachada están decorados con motivos de mayólica azul. La construcción de la madrasa ofreció a los historiadores soviéticos una ilustración de la lucha de clases bajo los kanes. En efecto, después de dos años de trabajo agotador, los obreros, que no recibían dinero, se rebelaron: la mayoría de ellos eran campesinos, ya no podían cuidar de sus campos y la hambruna se avecinaba. La revuelta fue reprimida al estilo local: Matiakub, el líder de la rebelión, fue envuelto en una piel de bestia húmeda y enterrado vivo bajo los cimientos del minarete. La historia reciente de la madrasa no es necesariamente más alegre, ya que los soviéticos la convirtieron en una prisión en las décadas de 1930 y 1940. Hoy en día esta madrasa acoge al hotel Orient Star y puede albergar a un centenar de turistas.