Los mejores hoteles Kielce

Bienvenido al hotel más elegante y con más ambiente de Kielce. Se encuentra en una hermosa villa neorrenacentista de principios del siglo XX que tiene un encanto completamente loco. El interior y el servicio están a la altura de la lujosa fachada del hotel, recientemente renovada por completo. El hotel dispone de 12 elegantes y hermosas habitaciones con modernas comodidades. La guinda del pastel es que el restaurante de cocina polaca y europea es sin duda el mejor de Kielce. En definitiva, la mejor dirección de la ciudad.

A 5 minutos a pie de la calle principal de la ciudad, de las estaciones y del centro de exposiciones Targi Kielce, este hotel está tan bien adaptado al viajero que desea visitar la región de Świętokrzyski como para residir en un viaje de negocios. El Ibis Kielce Centrum también dispone de un bar abierto las 24 horas y de un aparcamiento. El restaurante Oopen es ideal para degustar parrilladas y pasta. En las inmediaciones hay pistas de esquí.

El Bristol es uno de los hoteles más antiguos que siguen funcionando en la ciudad, ¡signo de que algo va bien! El principio de la respuesta está en su buena ubicación, en pleno centro de la ciudad y con vistas a la calle peatonal en el corazón de la vida de Kielce. La otra parte de su éxito radica en sus 27 habitaciones muy confortables, cada una de ellas con una cocina americana y un escritorio tipo apartamento. Por las mañanas se sirve un desayuno buffet a los huéspedes. Sin duda, la mejor relación calidad-precio de la ciudad.

Bonita y elegante casa solariega en un entorno muy agradable, bastante rústico, en medio de un precioso bosque. Un poco alejada del centro, pero situada en una zona muy verde de la ciudad. Habitaciones decoradas en colores cálidos, con balcón. Restaurante con servicios de calidad. El hotel forma parte de un grupo hotelero que también incluye baños termales. Una buena parada en la región y una buena opción para dejar las maletas. Las tarifas son muy razonables, sobre todo porque el hotel incluye un spa y un centro de bienestar.

Un hotel con encanto en un bello edificio de principios del siglo XX, en pleno centro de la ciudad. El exterior en particular es idílico, sobre todo en verano: la fachada redecorada es un espectáculo para la vista desde la comodidad del magnífico patio sombreado del hotel. El interior es menos de ensueño, y aunque las habitaciones son muy limpias y espaciosas, siguen siendo más bien clásicas. En general, recomendamos este hotel, que ofrece servicios de calidad y un personal atento.