Qué ver y hacer Varsovia – Warszawa

Construido entre 1952 y 1955, este edificio de estilo realismo socialista, aunque supuestamente no está inspirado en el Empire State de Nueva York (de hecho, el parecido es asombroso), es uno de los más altos de Polonia. Fue donado por Stalin cuando Polonia se incorporó a la Unión Soviética. En él se celebran actos culturales, conciertos y ferias. Con sus teatros, cine y terraza panorámica en la trigésima planta, es un lugar de ocio y cultura.

Este castillo, construido en el siglo ^XIII, fue residencia de los reyes de Polonia a partir del siglo ^XVI. En 1944 fue volado por los nazis y permaneció en ruinas hasta 1971, cuando se decidió reconstruirlo de forma idéntica. Las obras se financiaron mediante una campaña de recaudación de fondos, muy popular en el país. Las obras concluyeron en 1984, y desde entonces el castillo está abierto al público, que puede descubrir sus interiores magníficamente decorados y las obras de grandes artistas.

Este museo ocupa un lugar importante en el "ecosistema" polaco. Muy moderno, ha innovado en su presentación y es muy interactivo, lo que lo convierte en un modelo que todos los grandes museos tienden a seguir ahora que se renuevan. Sigue causando sensación y es uno de los museos más apasionantes de la ciudad. Cuenta la historia del levantamiento de 1944 y las actividades del estado clandestino polaco durante la Segunda Guerra Mundial, que suele ser poco conocida en Occidente. Aunque no le entusiasmen los recorridos históricos, disfrutará paseando por esta llamativa exposición. El museo se inauguró en 2004 para conmemorar el ⁶⁰ aniversario del Levantamiento de Varsovia, que comenzó a las 5 de la tarde del^{1 de} agosto de 1944 y duró 66 días. El museo se encuentra en la antigua central eléctrica de tranvías de la ciudad. Verdadero lugar de memoria nacional, muy querido por los hermanos Kaczyński, este museo glorifica a los héroes nacionales que intentaron en vano liberar su ciudad de los nazis. El museo se basa en un concepto interactivo, cuyo aspecto patriótico y sentimental puede molestar. Sin embargo, la visita al museo es obligada si se quiere comprender la relación de los polacos contemporáneos con la historia, la nación y la religión.

Numerosos documentos multimedia se reúnen y ordenan con música dramática y el sonido de los tanques, en una atmósfera de pesadilla que pretende recrear emocionalmente la oscuridad de la época. Algunos de los paneles no son objetos de museo tradicionales, sino lugares de culto, como la lista de los asesinados, ante la que los visitantes polacos acuden a presentar sus respetos. Si es un aficionado a la historia que busca comprender la cronología de los acontecimientos, este museo le ayudará. Sin embargo, puede ser fácil perderse en los detalles presentados, así como en el mensaje que el museo quiere transmitir, así que asegúrese de concentrarse si su objetivo es asimilar cada detalle de este acontecimiento histórico. De hecho, si ése es su objetivo, es una buena idea leer sobre la insurrección antes de su visita. Esto le ayudará a comprender la perspectiva del museo. Le recomendamos Debacle en el campo de los vencedores - La acción militar polaca 1939-1945, de Wojciech Roszkowski; La capital de la libertad, de Andrzej Kunert, V - símbolo de la victoria; Símbolos, signos y manifestaciones patrióticas de la Europa combatiente 1939-1945 , de Tomasz Szarota.

Los hechos: En 1944, las autoridades clandestinas polacas decidieron lanzar un levantamiento en Varsovia contra los ocupantes alemanes, conocido como el Levantamiento de Varsovia. Tras el levantamiento, se estableció un Estado polaco en la capital durante 2 meses. Los combates costaron la vida a unos 18.000 insurgentes y 180.000 civiles. Alrededor del 80% de los edificios de la capital fueron arrasados por los alemanes, tanto durante el levantamiento como durante la campaña de destrucción de la ciudad que siguió. Durante mucho tiempo, las autoridades comunistas negaron la legitimidad del levantamiento y la existencia misma del Estado polaco clandestino. Con la instauración de la democracia en 1989, el Levantamiento de Varsovia ocupó su lugar en la memoria oficial. Por eso, uno de los principales objetivos de este museo es promover la información sobre el levantamiento y recordar su realidad histórica, oscurecida durante mucho tiempo por los comunistas.

Esta magnífica muralla de ladrillo rojo fue construida en 1548, desmantelada en el siglo XIX y reconstruida al mismo tiempo que el casco antiguo tras la Segunda Guerra Mundial. Este conjunto rodea casi la mitad del centro histórico. Caminando hacia el oeste a lo largo de las murallas desde el castillo, una estatua de un niño vestido de soldado, con un casco alemán de gran tamaño (Pomnik Małego Powstańca z 1944 r.), rinde homenaje a los jóvenes insurgentes.

El Parque de Łazienki se revela como un oasis de tranquilidad en el corazón de la capital. En verano, el parque y el jardín botánico ofrecen un paisaje soberbio. Las principales atracciones del parque son: el Palacio sobre el Agua, una joya en una isla en medio de un lago y su Escuela Militar contigua; el Palacio Myslewicki, residencia de verano del Rey; el Invernadero; el Teatro de la Corte; la Casa Blanca, residencia real que recuerda el exilio de Luis XVIII; y el Palacio Belvedere.

Situado simbólicamente en el corazón del antiguo barrio judío, este museo es comparable en tamaño e importancia histórica y cultural al Yad Vashem de Jerusalén. Su inauguración, en octubre de 2014, por los presidentes polaco e israelí, fue un acontecimiento colosal para Polonia, que se reencuentra así con una página importante de su historia: la que traza los vínculos entre polacos y judíos, desde la Edad Media hasta la tragedia de la Shoah. Diseñado por el arquitecto finlandés Rainer Mahlamaki, el edificio es uno de los más bellos de Varsovia. Presenta varios elementos simbólicos, entre ellos una gran brecha que evoca el paso de los judíos por el Mar Rojo. Su fachada está cubierta de paneles de cristal con letras hebreas y latinas que forman la palabra Polin, que en hebreo significa "Polonia", pero también "Aquí descansarás" Perseguidos por toda Europa en la Edad Media, los judíos que llegaron a estas tierras interpretaron esta palabra como un buen augurio que les animó a establecerse aquí. Desde el siglo ^XVI hasta finales ^del XVIII, Polonia fue un excepcional remanso de tolerancia que acogió hasta el 80% de la población judía mundial. La exposición permanente es extraordinariamente rica. Ocupa una superficie de más de 4.200^m2, es interactiva y cuenta la historia de la mayor comunidad judía del mundo, desde el año 1000 hasta nuestros días, incluyendo sus aspectos más dramáticos, como el antisemitismo de la sociedad polaca, los pogromos y la Shoah. Pantallas táctiles, películas, reproducciones, fotografías, documentos de archivo, testimonios y espectaculares reconstrucciones, como la cúpula policromada de la sinagoga de Gwozdziec, hacen que la narración cronológica sea dinámica, cautivadora y absolutamente conmovedora. Organizado en 8 secciones, el recorrido rastrea el asentamiento y el desarrollo de los judíos en la Polonia medieval gracias a una legislación que garantizaba la libertad de culto y la autonomía, y después examina la vida judía en el país entre los siglos XVI^{y XVIII}, así como el auge del antisemitismo que, de 1772 a 1914, se exacerbó bajo el dominio ruso. A continuación, descubrimos la inmensa riqueza de la cultura judía en Varsovia a principios del siglo ^XX, borrada por los nazis (que exterminaron a 3 millones de judíos polacos) y por el régimen comunista de posguerra. El museo organiza exposiciones temporales, conferencias y talleres, y alberga también un magnífico restaurante.

Construido entre 1677 y 1679 para el rey Jan III, al principio como villa de campaña de estilo italiano. Su nombre procede de Villa Nuova. Posteriormente, muchos propietarios le imponen muchas modificaciones. Sigue siendo uno de los edificios más bellos de arquitectura barroca polaca y uno de los museos más antiguos de Polonia. Los interiores, donde tres grandes estilos arquitectónicos cohabitan: barroco, XVIII o siglo XIX, albergan espléndidas decoraciones, apartamentos del rey y de la reina y una magnífica colección de retratos.

Es el corazón del casco antiguo. Las casas que la rodean, reconstruidas en su estilo barroco, tienen soberbias fachadas que aseguran la homogeneidad de la plaza. Estas coloridas casas contrastan con la arquitectura comunista de la ciudad nueva. El lado norte se considera la parte más hermosa de la plaza, con sus casas de marcos de mármol, adornadas con guarniciones y hornacinas. Hoy, su centro está ocupado por la estatua de la Sirena, símbolo de Varsovia, construida en 1855.

Situado junto al Museo Nacional, en el mismo edificio, este museo recorre la historia del ejército polaco desde sus orígenes hasta la Segunda Guerra Mundial, con una exposición de uniformes y armas. En el jardín, se expone una impresionante colección de equipo pesado: tanques, vehículos blindados e incluso aviones, casi abandonados, apilados aquí. Es una oportunidad para ver vehículos de guerra a tamaño real. La entrada a la exposición al aire libre es gratuita.

Construido a finales del Siglo XIX, este parque incluye un lago, la escultura gladiador de P. Weloński y el monumento de Ignacy Jan Paderewski, un pianista y a compositor nacionalista que contribuyó a la construcción del Estado polaco independiente de período de entreguerras.

Al norte del casco antiguo, este barrio se fundó en el siglo XIV, fuera de las murallas. La ciudad, más pobre que Varsovia, tenía su propia estructura municipal, lo que hacía un municipio independiente. Entra por la barbacana.

La Ciudad de las Ciencias es una de las instituciones más modernas de Europa. En el programa: experimentos educativos y una de las máquinas interactivas. Entre las atracciones más destacadas: ¡un tornado de fuego, un simulador de terremoto y una alfombra voladora! En la azotea encontrará un jardín panorámico, en el parque una galería de arte y un rocódromo. También hay un planetario en las instalaciones.

Este museo ofrece a los visitantes una experiencia envolvente, con grabaciones, vídeos, instalaciones y salas temáticas. Presenta un relato rico y detallado de la vida de Chopin. En el sótano, una sala de audición con libros digitales permite a los visitantes descubrir maravillosas grabaciones de la obra del maestro. El museo, situado a un tiro de piedra de Nowy Swiat, se encuentra en el soberbio Palacio Ostrogski, que en los siglos XIX y ^XX fue sede del Conservatorio.

La plaza está impregnada de historia. En primer lugar, la estatua de Charles de Gaulle, símbolo del compromiso del General con la formación de soldados polacos durante la Segunda Guerra Mundial. Cerca de la estatua, una palmera artificial (un elemento artístico) destaca el pasado de la comunidad judía. Por último, la Bolsa de Varsovia, ubicada en la antigua sede del Partido Comunista Polaco, completa el espacio.

Construido a ^mediados del siglo XVII y remodelado a principios ^{del XIX}, es el palacio más grande de Varsovia. Durante mucho tiempo ha desempeñado funciones públicas. En 1955 se firmó en sus salones el Pacto de Varsovia, y en 1989 se celebró la famosa "mesa redonda" entre líderes comunistas y de Solidarność. Desde 1994, se ha convertido en el Elíseo polaco y, por desgracia, no se puede visitar, aún se puede pasar por delante y observar el edificio.

El parque se presenta como un jardín barroco italiano en dos niveles, situado entre el palacio y el lago. Tras estos jardines diseñados a la francesa, en la parte sur, un parque romántico de estilo inglés incluye bonitos edificios, sarcófagos, columnas y obeliscos. Se creó en el siglo XVIII. En esos parques de encantadores detalles de arquitectura kitsch, como la cascada sobre el puente romano en el jardín inglés, el reloj solar, obra del gran astronome polaco Jan Heweliusz, inventor del telescopio y las esculturas "del amor" en el parque francés. Estas últimas simbolizan las cuatro etapas del amor: en primer lugar, el miedo durante la reunión; después, el primer beso; en segundo lugar, la indiferencia (representada por las dos siluetas que no se miran); por último, la primera discusión.

El monumento al Mariscal Józef Piłsudski es una impresionante estatua dedicada a uno de los mayores líderes de Polonia. Erigido en la Plaza Piłsudski, este monumento de bronce simboliza la fuerza y la determinación del Mariscal, una figura verdaderamente histórica para el país. Es un importante lugar de recuerdo y celebración nacional: un recordatorio del papel clave desempeñado por el mariscal Józef Piłsudski en la lucha por la independencia y la libertad de Polonia.

Escondido en un patio, el Fotoplastikon es una buena introducción para descubrir Varsovia. Sentado en unos taburetes de madera frente a unos pequeños prismáticos, ves pasar imágenes de la ciudad desde 1901, con el fondo de una música clásica crepitante de fonógrafo. Todo ello contribuye a la magia del lugar. Enteramente de época y milagrosamente salvado por las guerras, es uno de los últimos estereoscopios activos en Europa. Un original y entretenido museo que ofrece un hermoso viaje de 20 minutos por la Varsovia de principios de siglo.

Esta estatua, que se alza orgullosamente en el parque Łazienki lado Aleje Ujazdowskie, rinde homenaje al gran compositor polaco. Cerca de la romántica estatua del compositor de cabello del viento, se celebran conciertos gratuitos al aire libre durante el verano, los domingos. La estatua es alta en 1926, según el proyecto de W. Szymanowski. La dinamita en 1940 por los alemanes es reconstruida en la misma forma en mayo de 1958. Se encuentra en una de las entradas del parque desde la avenida Ujazdowskie, un poco antes del Belvedere.