Este parque nacional, formado por cinco cráteres distintos al norte de Masaya, es el más visitado del país. Se creó en 1979 y ocupa una superficie de 54 km², con nada menos que 20 km de senderos que atraviesan paisajes salvajes. Originalmente, era un único volcán llamado Ventarrón (aún se pueden ver sus paredes por todas partes), que literalmente explotó en el año 4550 a.C., formando hoy un impresionante complejo volcánico. Entre los volcanes activos, es uno de los más fácilmente accesibles del mundo.Los nativos lo llamaban "Popogatepe", nombre nahuátl que significa "montaña ardiente". Siempre activo, era objeto de su veneración y no era raro que sacrificaran a mujeres jóvenes vírgenes o a niños para aplacar la ira de Chacitutique (el dios del fuego) durante una erupción. El cacique indígena Tenderí contó al cronista español Gonzalo Fernández de Oviedo, que visitó el lugar en 1529, que en su interior vivía una anciana desnuda de dientes negros que actuaba como oráculo. Se dice que aconsejó a los nativos que lucharan contra los cristianosSin duda, los españoles se asustaron con todas estas ceremonias y sacrificios y apodaron al volcán "Boca del Infierno". Poco después, el padre Francisco de Bobadilla erigió la cruz de Bobadilla (que aún puede verse, pero que ya no puede tocarse para protegerse del peligro) para ahuyentar al diablo.El volcán Masaya entró en erupción por última vez el 16 de marzo de 1772. Durante 8 días, la lava descendió por las laderas del volcán como un campo de fuego, formando lo que hoy es Piedra Quemada. Esto amenazó con exterminar por completo a la ciudad del mismo nombre. Para escapar de esta terrible catástrofe, sus habitantes fueron en procesión con la imagen de la Virgen hasta las orillas del lago Masaya (situado entre el pueblo y el volcán).El volcán Nindirí entró en erupción por última vez en 1670. Los cráteres Santiago y San Pedro se crearon en 1853. El primero se ha extinguido. El segundo sigue activo, como demuestra el penacho constante de azufre que emana de él. Tiene 500 m de circunferencia y 250 m de profundidad. Entró en erupción por última vez en 2001 y 2008, afortunadamente sin causar grandes daños. Está prohibido construir cualquier cosa o vivir en él, pero a los desafortunados lugareños no les importa: a falta de algo mejor y sin recursos, construyen refugios improvisados (como podrá comprobar si va a las playas de Pochomil o Montelimar).La incesante actividad volcánica ha creado un extraño paisaje que alberga una flora y fauna únicas. En verano (estación seca), numerosas orquídeas y la flor nacional sacuanjoche (Plumeria rubra) alegran este paisaje salvaje. Los chocoyos, loros verdes, son uno de los atractivos del parque: anidan justo en el cráter (a pesar de los gases tóxicos), un espectáculo único (sobre todo al atardecer).A los intrépidos les esperan varios senderos, de 1,4 a 6 km. Si no quiere o no tiene tiempo para explorar realmente la zona, visite el cráter Santiago desde el aparcamiento, suba hasta el cráter San Fernando (cubierto de vegetación) y camine a su alrededor (tenga cuidado, el viento puede ser feroz) para disfrutar de una hermosa panorámica del Mombacho y la laguna de Masaya.

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Fotos e imágenes Parque Nacional Volcán Masaya

Masaya Volcan National Park. Hbrizard - iStockphoto
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