Guía de viaje Sadaa

Sadaa fue antes del Islam una gran encrucijada de caravanas en la carretera de La Meca. Su parte más antigua se encuentra al este de la ciudad, bajo el tumulus que soporta el fuerte turco. Su prestigio crece cuando Yehia bin Husayn bin Kasim llega de Medina y árbitro los sangrientos desacuerdos entre las dos grandes confederaciones tribales yemeníes: los Hashed y los Bakil. Este jeque religioso, originario de Bosra, en Iraq, era un discípulo de Zayd ibn Ali (697-740), fundador del movimiento chiíta zaidita. Yehia bin Husayn Al-Hadi (muerto en 911) resuelve los conflictos y unifica las tribus en 898. Se instala en Sadaa como primer imam zaidite, con el acuerdo de los jefes de tribus que reconocen su profunda religiosidad, su valentía, su sentido de la justicia y su habilidad diplomática. Sadaa fue capital durante el reinado de los tres primeros imanes y, de nuevo, a finales del siglo XVI, durante la resistencia a la ocupación inicial turca. El imam Kazhia llamó a las tribus zaillamadas del norte para luchar contra los otomanos durante la segunda ocupación del Yemen a finales del siglo XIX. Su hijo, el imam Ahmed, también apoya las tribus del norte para recuperar el poder. En 1962, el imam Al-Badr, hijo de Ahmed, se rodeó de las mismas tribus para intentar restaurar la monarquía, en una guerra civil que lo oponió durante diez años a las tropas republicanas, hasta su derrota. En 1994, los zaidis y shafi'ites del norte de Yemen lucharon juntos contra los «separatistas» del Sur. Además de contribuir al fortalecimiento de la unidad de Yemen, fue la ocasión de un tímido acercamiento entre estos dos movimientos religiosos. Sin embargo, el norte y su capital religiosa zaidite, Sadaa, siguen siendo desconfiados, a falta de ser independientes, con respecto al poder republicano yemení. En la actualidad, Sadaa está reconocido sobre todo en el país por la calidad de su propio qat y sus diversos tráficos con Arabia Saudita. Su casco antiguo es una pequeña maravilla, pero por desgracia el fanatismo islámico hace cada vez más adeptos.