Detrás de Hadda, este pueblo está construido a orillas del acantilado, en una piedra muy verde. Beit Bos (la casa del Bbbón), antigua ciudad sur-arábiga, fue habitada durante mucho tiempo por judíos renombrados por su trabajo de orfelo en los djambuyas, en particular la filigranada de plata. En la entrada del pueblo se pueden ver dos cisternas de agua excavadas en la roca. En la ladera de la montaña verde, una escalera lleva al pueblo cuya entrada está marcada por una bóveda de piedra. El pueblo ya no está habitado y algunas casas se degradan, pero el encanto de la arquitectura sigue siendo: cintas de piedra que conectan dos casas, minúsculas ventanas, el sello de Salomón sobre las puertas o la estrella de David en los qamareyas le da un toque de sombra a este pueblo defensivo. Los pasillos subterráneos enlazan la parte baja de la montaña en el pueblo y se encuentran en torno a las cuevas acondicionadas para la gueta o el asiento. Puedes ir a pie a la aldea hacia el oeste y entrar en un circo natural desde el que hay unas bonitas vistas a Sanaa, y a lo lejos la mezquita del presidente que se construye.

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